Contando y observando lo que pasó durante la gestión que ya se acaba en el rubro de la minería, los expertos en la materia, señalan que la minería nacional se estancó el 2017. Sin exageración se comenta que no hay ni un solo proyecto nuevo que esté en fase productiva y los que están siendo trabajados en el sector estatal, corresponden a los yacimientos tradicionales. El sector minero privado fortaleció sus operaciones, pero no abrió nuevos proyectos. Los cooperativistas mineros siguen con su trabajo rutinario y carente de dirección técnica, por lo mismo de rentabilidad menor a las posibilidades de algunos yacimientos.
No se registraron inversiones importantes, pese a muchos anuncios "oficiales" para impulsar la dinámica productiva de la minería estatal. Fideicomisos para Huanuni apoyaron su debacle en periodo de precios bajos, otros fondos fueron destinados a mover el "elefante blanco" de Karachipampa que sigue gastando mucho y produciendo poco.
La posibilidad de que un nuevo yacimiento minero entrara en operaciones y cuyo potencial es parecido al privado de San Cristóbal no pasó de una entusiasta idea para poner en marcha Mallku Khota, que por lo menos ya contaba con una previa certificación de la empresa externa que fue retirada del yacimiento por la presión ejercida por los comunarios de la región. Pese a que el problema de "consulta" a la región aparentemente fue solucionado, no hay explicación oficial sobre el tema que en materia de producción minera debería estar operando a full time como dicen los entendidos.
El caso del litio en el salar de Uyuni, porque todavía no se hace mucho con el de Coipasa, sirve para alentadores anuncios sobre la habilitación de más plantas experimentales, falta decisión para cerrar contrato entre varias que están interesadas en la industrialización del "oro blanco", empero pese a más inversiones que se han hecho, como lo señalan expertos en la materia, parece que estamos atrasados en la competencia de obtener las baterías de ion litio, carrera en la que nos llevan ventaja, los vecinos Chile y Argentina.
El hierro del Mutún debía estar siendo procesado desde octubre pasado, según el convenio suscrito con una empresa china que ganó la licitación y que en el proyecto global debe poner en funcionamiento una siderurgia que transforme el hierro del Mutún en acero y fierro de construcción. Hay retraso en este asunto.
Lo que preocupa especialmente en Oruro, es el marcado retraso en implementar la fundición de zinc, proyecto aprobado más de dos años atrás, con un presupuesto aprobado de 250 millones de dólares, con suma igual para otra planta en Potosí, no marcha ninguna, pero en el caso local se mencionó que sería instalada en la fundición de Vinto y que el monto inicial de su inversión pasaría de los 300 millones de $us. Tampoco pasó nada a la fecha, si se concreta a principios del año próximo puede ser un buen presente en el aniversario orureño.
Mientras tanto de manera general la minería se estancó el 2017.
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