Los primeros meses de 2019 el Proyecto Mina Chuquicamata Subterránea (PMCHS) de Codelco, comenzaría a producir sus primeras toneladas de mineral, lo que pondrá en marcha otro proceso histórico: el cierre de la explotación del rajo, que podrá convivir entre seis y doce meses con la operación del proyecto estructural, antes de cerrar definitivamente sus más de cien años de vida.
El gerente general de Chuquicamata, Sergio Parada, explica que la división tiene entre sus grandes desafíos -junto con varios de desarrollo y adecuación a la nueva normativa ambiental- afrontar el inicio del proyecto de minería subterránea y cerrar el rajo el año 2020, para lo que se está avanzando de acuerdo al programa.
"El proyecto está en línea, con los típicos problemas que se presentan en el desarrollo de estos proyectos, pero el 2019 esta operación estará entregando sus primeras rocas de mineral", aseguró el ejecutivo sobre la iniciativa, que a la 2016 había invertido $us. 461 millones de los $us. 4.200 millones de la inversión total estimada.
Un punto clave del proyecto y que interesa particularmente a los trabajadores que hoy se desempeñan en el Chuquicamata actual es la cantidad de mano de obra que requerirá PMCHS. Al respecto, Sougarret aclaró que el proceso productivo empezará en forma gradual y, por lo tanto, a inicios de 2019 la mina operará con alrededor de 300 a 400 personas, en lo que será el inicio de la producción.
Eso, hasta que el proyecto alcance la capacidad de régimen productivo (lo que tardaría unos seis años, es decir el año 2026), cuando se pretende operar la mina con alrededor de 1.000 a 1.100 personas como personal propio y con 1.500 a 1.700 personas de personal externo, dijo.
Chuqui subterránea
Codelco estima que bajo el rajo existen 1.700 millones de toneladas en reservas de mineral de cobre, además de molibdeno, que representan más de 60% de lo explotado en los últimos 90 años. Reservas que la opción técnica y económica concluyó explotar a través de una mina subterránea.
El proyecto prevé una tasa de producción en régimen de 140.000 toneladas de mineral por día (tpd), lo que significará una producción de 366.000 toneladas de cobre fino y más de 18.000 toneladas de molibdeno fino al año.
"Así que el desafío de Chuquicamata no sólo es transformar un proyecto de mina a rajo a subterránea, sino que además, hacer eficiente todas las operaciones de planta y hacerse cargo de que esta empresa hay que hacerla sustentable y sostenible por los próximos 50 años", señaló Parada.
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