La situación de los precios de materias primas en el orden internacional no tiene visos de solución, al contrario según una visión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la presente gestión prevé una caída de esos valores, lo que complicará las economías emergentes, creando tensiones entre los sectores productores de materias primas como hidrocarburos y minerales.
Según los expertos del FMI que se reunieron recientemente para analizar la tensa situación coinciden en señalar que no hay posibilidades de cambio sustancial en el comportamiento de precios; mencionan que en el caso petróleo ha experimentado un marcado descenso desde septiembre de 2015, debido a la expectativa de que seguirá aumentando la producción por parte de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en un contexto en el cual la producción mundial de petróleo continúa superando el consumo. En ese sentido, los mercados al futuro apuntan en este momento a ciertos aumentos poco significativos en los valores programados no sólo para este año, sino también para el 2017.
En el caso de los minerales, los precios de estas materias primas han tenido una declinación muy fuerte debido a las presiones generadas por los cambios en la economía china, país comprador de concentrados mineros y ahora limitando esa operación que deja a muchos vendedores con un comercio semiparalizado y que puede complicarse aún más por la estrategia competitiva del coloso asiático que está midiendo la forma de conservar sus canales productivos de forma interna y lo que pueda suceder más adelante cuando disminuya su stock de minerales en reserva.
Frente a esa perspectiva poco halagüeña del FMI y dadas las condiciones en que se maneja la economía mundial en su línea de comercio exterior, los países "emergentes", así se denominan a varios de nuestra región sudamericana, deberán seguir en la línea de explotación de sus recursos naturales y someterse a los designios de quienes manejan el sistema directamente beneficioso a sus intereses y poco probables de servir a las expectativas de los dependientes.
Sin embargo, cuando la "crisis aprieta", es el mejor tiempo para buscar e implementar soluciones que frenen el deterioro económico y permitan salidas prácticas y útiles para enfrentar el reto de sobrevivencia de los centros productivos de materias primas, en el caso nuestro especialmente los que extraen minerales en condiciones desfavorables.
Una solución inicial, garantizar el sostenimiento equilibrado de la producción minera, acudiendo a soportes del Estado o la inversión privada, pero con objeto de crear "un fondo de acopio de minerales" diversos, en espera de un cambio de precios que justifiquen su comercialización. El tiempo puede ser prolongado como será creciente la reserva de minerales que en el mejor momento salvará la provisión de fondos y compensará las restricciones del periodo negativo.
De momento no es posible frenar el extractivismo de materias primas, pero en el caso de minerales, si se sostiene la producción, puede darse paso a una paulatina transformación de nuestras materias primas, como lo vislumbran algunos expertos.
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