Los trabajadores mineros asalariados fueron los primeros que plantearon una "reestructuración de la Comibol", inmediatamente que se declaró la crisis de los precios y que afectó la producción de las empresas mineras, especialmente las estatales y entre esas la que mayor impacto recibió fue Huanuni.
Los mineros cooperativistas también sintieron el efecto de los precios bajos y por supuesto no estuvieron al margen los mineros "chicos", estos últimos los más desamparados, pues resultó muy pobre el apoyo que recibieron, mientras en el sector cooperativo se alcanzó el objetivo de contar con un buen soporte en recursos económicos.
Para evitar un colapso en Huanuni, se gestionó la ayuda gubernamental que se tradujo en fideicomisos que se desembolsaron en cierto tiempo, pero en el marco de "salvataje" de la mina emblemática del sector estatal, Huanuni, que confronta problemas debido a la "sobrecarga social" con una abultada planilla de más de 3.500 trabajadores y considerando el retiro de muchos mineros que se acogieron a la jubilación, disminuyendo algo la obligación salarial del último mes.
La otra minera estatal, Colquiri con 1.250 trabajadores se mantuvo en el límite de equilibrio productivo, aunque disminuyó su registro de utilidad, pero no entró en la franja roja de pérdida y se anunció una recuperación en las próximas semanas.
PLANTEAMIENTO
LABORAL
Sopesando las alternativas presentadas por la emergencia de precios bajos, los trabajadores asalariados plantearon a las autoridades la disposición de soportes económicos que faciliten conjurar la crisis y abran la posibilidad de diversificar acciones tendentes a incrementar la producción diversificando la explotación de otros minerales, el caso concreto del Posokoni en Huanuni.
Los dirigentes de la Federación de mineros, fueron más objetivos y "conminaron" a las autoridades del ramo a encarar la reestructuración de Comibol, señalando puntualmente que "en el país falta una verdadera política minera que garantice la estabilidad de las fuentes laborales. No ha habido en estos 10 años que estamos en el proceso revolucionario ninguna empresa productiva que aporte al Estado", según el criterio del dirigente de las Fstmb, Orlando Gutiérrez.
Se criticó que la Comibol no tenga una política clara en el proceso de exploración de minerales… "no podemos andar picoteando de un lado a otro y perdiendo tiempo, la Comibol hace exploraciones por aquí y por allá, de nada sirve lo que hace, es mejor encontrar fuentes mineralógicas", apuntó el dirigente.
La llamada de atención de la Fstmb, a través de sus principales ejecutivos, es en realidad un planteamiento recordatorio de su pedido de meses atrás para que se encare un cambio sustancial en la estatal minera que no cumple ninguna función efectiva al carecer de una política minera nacional de rentabilidad.
Un reciente planteamiento de los mineros a través de su máximo organismo, sugiere retomar con su representación el viceministerio de política minera para "implementar una visión de largo plazo en la actividad minera que genere ganancias y utilidades para el Estado, lo que en la actualidad no está sucediendo, excepto en algunas", refiere la propuesta.
Las observaciones de expertos, de ex autoridades del MMM, de analistas y de algunos entendidos tienen plena coincidencia con los criterios vertidos por los dirigentes de la Fstmb, al señalar que nuestra minería carece de una política sectorial que dinamice las urgentes tareas de prospección y exploración de nuevos yacimientos y al mismo tiempo avance de manera práctica en la concreción de los megaproyectos mineros nacionales.
La minería demanda tiempo en consolidar proyectos, debe tener estrategias precisas para alcanzar metas de renovación en proyectos de explotación, apurar los que deben pasar a la fase de industrialización y recuperar el tiempo perdido en muchos anuncios y pocos emprendimientos prácticos.
Se ha puesto de ejemplo las decisiones gubernamentales para disponer de recursos "frescos" para impulsar exploración y desarrollo de proyectos del gas, la minería requiere de medidas paralelas para convertirse en otra fuente generadora de divisas, regalías, fuentes de empleo y bienestar colectivo.
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