Lo correcto debería ser la recuperación de un tácito reconocimiento a Bolivia como un país minero por excelencia, desde antes de su fundación, pasando por los grandes periodos de su historia, cuando se explotaban sus minas entregando su riqueza para beneficio de otros lares, después en el tiempo republicano saciando el voraz apetito de propios y extraños, la minería permitió la consolidación de la República y fortaleció sus arcas para encarar su desarrollo.
Los minerales que se explotaban en las minas bolivianas, bajo la administración de empresarios que hicieron fortuna, pasando luego a poder del Estado, tras la "recuperación" de la riqueza y bajo la forma de nacionalización, la minería fue el sostén de la economía, las divisas que generó impulsaron el crecimiento del país y particularmente de las "zonas deprimidas" de hace años, transformando gran parte del denominado "eje central", donde se construyeron carreteras y se perfiló el proyecto de la integración económica nacional.
Nadie duda de la importancia de nuestra minería, la misma que también permitió la sostenibilidad de gobiernos atrabiliarios que aprovecharon esa riqueza para fines sectarios, sacándole réditos a la entonces poderosa Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que sirvió para muchos fines, pero no logró consolidarse como el organismo que defina la suerte de la minería boliviana.
El tiempo pasó inexorablemente, las grandes vetas han ido reduciéndose, las grandes minas si bien todavía entregan su mineral, la capacidad productiva ha disminuido sustancialmente y hay que pensar en planes de contingencia para seguir horadando las entrañas de esos yacimientos, en los que se menciona la existencia de otros minerales que alarguen la vida útil de las minas tradicionales.
SUBE Y BAJA
DE PRECIOS
La minería pasó por graves periodos de contracción económica, se atribuyeron a los "ciclos" de la minería, en realidad "la presión" de los grandes capitalistas y el movimiento de sus negocios y finanzas que bajaron los precios internacionales para equilibrar la competencia de las grandes industrias.
Nuestro país y otros de la región, dependientes de la venta de materias primas están aún, no todos en el marco de una negativa dependencia que obliga a "soportar" las contingencias y redoblar esfuerzos para compensar las graves dificultades que significa producir a bajo precio.
Algo más de un mes atrás el precio de los minerales que se mantuvo invariable e incluso con registro a la baja, alteró las tareas productivas del sector estatal, pero el problema sintieron también los mineros privados y los cooperativistas. En estos subsectores se aplicaron medidas de emergencia, solicitud de apoyo estatal, para la minería estatal, otro poco para cooperativas y una minucia comparativamente hablando para la minería "chica". Sólo la minería mediana privada salvó la crisis pero disponiendo alternativas de orden tecnológico y un importante soporte de orden financiero. La minería al vaivén del sube y baja de los precios.
El precio de la libra fina de estaño descendió a poco más de 6 dólares, cuando comenzó el ciclo de precios, menos mal en el transcurso del tiempo se han producido algunos ajustes de economía internacional y ese valor referencial, en todo caso de la Libra Fina de estaño, está ahora por encima de los 7,5 dólares, no es lo ideal pero por lo menos en el caso de Huanuni, se ajusta a su costo de producción.
Otros minerales también han recuperado en centavos su precio base, el caso de la plata, el oro, el zinc y el plomo, entre otros; los productores observan un pequeño alivio, aunque sin bajar la guardia, pues frente a la competencia de los grandes "trust" internacionales, nada puede considerarse de permanencia segura. Hay que sumar y aunque así no parezca necesario, el asunto de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, que alteró el movimiento de las bolsas de valores, el valor del Euro, se fortaleció el dólar, pero quedaron algunos vacíos, que serán cubiertos con transacciones cuyo efecto alterará las perspectivas de precios internacionales que pueden subir un día y caer el siguiente, arrastrando a las economías dependientes en ese movimiento de inseguridad.
REESTRUCTURAR
LA COMIBOL
Se puede observar claramente que el asunto de las cotizaciones no representa ninguna garantía para encarar emprendimientos mineros, pero la situación obliga a que nuestras autoridades sectoriales, encabezadas por las del Ministerio de Minería y Metalurgia, asuman cuanto antes decisiones operativas para pensar en una reactivación de la minería (nuestra cantaleta semanal), pero en este caso tomando algunas medidas urgentes, por ejemplo terminar de una vez la reestructuración de la Comibol, pues no puede demorarse más de un año, un proceso de reorganización que le otorgue a la entidad todas las competencias técnicas, administrativas, legales, de organización interna con criterios profesionales y asegurar su solvencia financiera para que pueda desempeñar la importante tarea de devolver a la minería boliviana el valor que le corresponde por constituir una de las reservas más importantes de recursos naturales que permitirán el sostenimiento y la independencia económica nacional.
Se habla con mucha preocupación sobre la falta de una política minera que mueva el sector, que priorice presupuestos para encarar prospecciones y exploración de nuevos yacimientos, que se active una ley y su reglamento, que se definan reglas claras para atraer inversiones, son algunas de las responsabilidades que tendrá que asumir la nueva Comibol, el asunto es cuándo, para no seguir viviendo de ilusiones. En esto coinciden los que saben, pero con todas sus dudas sobre un asunto que no tiene justificativo por el prolongado tiempo de su reacondicionamiento.
AGENDA INOPERABLE
Queda de todos modos pendiente de tratamiento práctico una agenda que se mueve mucho en materia de anuncios, pero que no se concreta en hechos que amplíen el presente y el futuro inmediato de la minería.
Están los recursos evaporíticos en la zona del salar de Uyuni, con carácter en algunos casos de una continua experimentación, con algunos resultados positivos, pero sin entrar de lleno a la fase de producción sostenible, aspecto que si bien no preocupa a los ejecutivos de ese proyecto, causa dudas entre los expertos entendidos frente al interés que ponen en el litio y su industrialización, los países de la competencia, el caso de Chile y la Argentina.
Algo que preocupa profundamente y afecta el interés de la economía orureña, es la información que se refiere a la memoria institucional 2010 de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), dependiente de la Comibol en el que no se menciona nada sobre el proyecto del salar de Coipasa, otro importante reservorio de litio que por sus características merece un tratamiento especial, que también se lo puso en experimentación pero del cuál no se dice nada, tras seis gestiones en las que no se han confirmado avances sustanciales. Este es un tema que merece una explicación oportuna, pues no puede descuidarse la importancia de este reservorio, considerado el segundo más importante de la región.
Está pendiente la implementación de dos proyectos, profusamente publicitados y que tampoco avanzan, ni siquiera en su localización definida, son las refinerías de zinc de Oruro y Potosí, que incluso cuentan con presupuesto aprobado pero aún no están en fase ni siquiera de preparación.
El Mutún es otro asunto pendiente en la agenda de operaciones mineras. El nuevo proyecto se encuentra a cargo de una empresa china que está demorando en activar el nuevo proyecto, mientras tanto los trabajadores que quedaron en el proyecto reclaman el pago de salarios devengados y las autoridades de Gobierno, señalan que existe una reserva de hierro que podría comercializarse para cubrir las necesidades sociales de la empresa. Un reciente planteamiento del presidente de la ESM, Jesús Lara, señala que se ha disminuido el monto del apoyo solicitado de 8 a sólo 4 millones de dólares, expresamente para saldar deudas sociales y reactivar la empresa. Entre otros estos son asuntos que merecen urgente atención.
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