La mina San Vicente se apresta a ingresar en una fase industrial en la extracción de plata y zinc a partir del próximo año, alcanzando una producción diaria de 750 toneladas.
En el tiempo del proyecto —trece años—, dicha producción podría reportar aproximadamente $us 80 millones en favor del Estado boliviano, como efecto del contrato de riesgo compartido entre la compañía Pan American y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
Un camino polvoriento conduce a San Vicente. El paisaje es agreste y no existe producción agrícola a lo largo de la carretera que, desde la población potosina de Uyuni, conduce a la mina, en la provincia Sur Chichas del departamento de Potosí.
Luego de transitar 120 kilómetros se llega a San Vicente, ubicada a una altura de 4.500 metros sobre el nivel del mar. Un viento helado sopla continuamente y en época invernal la temperatura cae a los 10 grados centígrados bajo cero.
El área de San Vicente fue explotada esporádicamente desde la época colonial. Antes de la revolución de 1951, la mina fue operada por la compañía minera Aramayo y fue nacionalizada por el gobierno nacionalista.
Las últimas operaciones mineras a cargo del Estado, y conducidas por Comibol, se realizaron en el periodo 1972 y 1993, y en las que se obtuvo concentrados de zinc y plata. En 1993 paralizó sus operaciones debido a la baja en las cotizaciones mundiales de los minerales.
En 1999, a través de una licitación pública de carácter internacional, Comibol suscribió un contrato de riesgo compartido con Pan American Silver (PAS), una empresa canadiense que administra minas en México, Perú y Argentina.
El 2006, el Estado y la compañía renegociaron el contrato de 1999, por lo que la participación en favor de Comibol se fijó en 37,5%, equivalente al 50% en producción de utilidad neta. Anteriormente existía una participación que fluctuaba entre 20 y 30 por ciento en función de las cotizaciones internacionales de mineral.
En el tiempo del proyecto —trece años—, dicha producción podría reportar aproximadamente $us 80 millones en favor del Estado boliviano, como efecto del contrato de riesgo compartido entre la compañía Pan American y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
Un camino polvoriento conduce a San Vicente. El paisaje es agreste y no existe producción agrícola a lo largo de la carretera que, desde la población potosina de Uyuni, conduce a la mina, en la provincia Sur Chichas del departamento de Potosí.
Luego de transitar 120 kilómetros se llega a San Vicente, ubicada a una altura de 4.500 metros sobre el nivel del mar. Un viento helado sopla continuamente y en época invernal la temperatura cae a los 10 grados centígrados bajo cero.
El área de San Vicente fue explotada esporádicamente desde la época colonial. Antes de la revolución de 1951, la mina fue operada por la compañía minera Aramayo y fue nacionalizada por el gobierno nacionalista.
Las últimas operaciones mineras a cargo del Estado, y conducidas por Comibol, se realizaron en el periodo 1972 y 1993, y en las que se obtuvo concentrados de zinc y plata. En 1993 paralizó sus operaciones debido a la baja en las cotizaciones mundiales de los minerales.
En 1999, a través de una licitación pública de carácter internacional, Comibol suscribió un contrato de riesgo compartido con Pan American Silver (PAS), una empresa canadiense que administra minas en México, Perú y Argentina.
El 2006, el Estado y la compañía renegociaron el contrato de 1999, por lo que la participación en favor de Comibol se fijó en 37,5%, equivalente al 50% en producción de utilidad neta. Anteriormente existía una participación que fluctuaba entre 20 y 30 por ciento en función de las cotizaciones internacionales de mineral.
Desde la mina, el gerente financiero de PAS, Carlos Prieto, explica que en nueve años se realizaron pequeños programas de explotación en escala limitada, sin descuidar los proyectos de exploración que pudieron determinar la existencia de reservas de mineral que ascienden a tres millones de toneladas, volumen que sustenta el proyecto.
Prieto añade que en pagos efectuados a Comibol desde 1999 hasta mayo, se desembolsaron aproximadamente $us 8,8 millones y en pagos por impuestos mineros se llega a cuatro millones de dólares. “Esto es en una fase preindustrial”, afirmó.
Pan American Silver prevé implementar la fase industrial de extracción de plata y zinc desde el primer trimestre del próximo año, por lo que el Estado recibiría $us 80 millones en el tiempo del proyecto, considerando la participación para Comibol, el Impuesto Complementario Minero (ICM) y el Impuesto a las Utilidades, según aclaró el consultor de PAS, Eduardo Robles.
Actualmente, la plata se cotiza en 17 dólares por onza y el zinc está a $us 2.100 por tonelada, según Prieto. “Si el precio se mantiene como hasta ahora, el Estado podría recibir un monto mayor”, añadió.
En el marco de un programa piloto, la mina San Vicente registra una producción de 250 toneladas diarias, según aclaró Prieto. “En la fase industrial vamos a triplicar esa producción, llegando a 750 toneladas diarias”, aseguró.
Con esta finalidad se realizan trabajos en la mina que incluyen la implementación de un nuevo ingenio con tecnología de punta, donde se procesará el mineral extraído para lograr concentrados. Y se trabaja en la instalación de un dique de cola y de una rampa para acceder a las vetas en el área.
Hasta el momento, la perforación de la rampa se avanzó en algo más de 1.480 metros en interior mina que conduce a las vetas. El proyecto pretende llegar a los 2.400 metros. La perforación se inició en septiembre del 2006 y se prevé terminar en diciembre de este año, según aclaró Abel Gonzales, gerente de Operaciones de PAS.
El dique de colas es un punto para el almacenamiento de material que ya no es tratado por el ingenio, para evitar la contaminación al medio ambiente y a los ríos de la zona, según explicó Fabio Gutiérrez, director de Medio Ambiente y Seguridad de PAS.
Según aclaró Robles, hasta el momento, PAS invirtió 40 millones de dólares en el proyecto de San Vicente, cifra que podría incrementarse. Uno de los proyectos que lleva adelante la Prefectura de Potosí, en coordinación con PAS, es “un descuelgue” de energía eléctrica que beneficiará a 12 comunidades aledañas al proyecto San Vicente, con una longitud de extensión de línea de 108 kilómetros.
Hace dos semanas, una delegación de siete diputados integrantes de la Comisión de Desarrollo Económico de la Cámara de Diputados visitó la mina para inspeccionar el avance del proyecto.
Esta semana, el diputado Víctor Mena (MAS), presidente del Comité de Minería y Metalurgia —quien fue parte de la inspección referida—, dijo que San Vicente “es una mina que está en proyección y nos ha impresionado mucho, porque hay mucho movimiento y va a generar mucho dinero y beneficiará al Estado y eso es lo que queremos, una minería estable”.
Más datos
Visión social • El proyecto minero San Vicente está desarrollando un plan de electrificación rural que beneficiará a unas seis mil familias.
La inspección • Un grupo de parlamentarios de la Comisión de Desarrollo Social hizo una inspección al proyecto hace unas dos semanas.
La compañía • Pan American Silver firmó el contrato de riesgo compartido con Comibol. La empresa opera en países como México y Perú.
Historia • Allí donde está el proyecto San Vicente funcionaba una de las minas del magnate Aramayo, que fue nacionalizada en 1952.
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