martes, 1 de enero de 2008

CONTINUA LA INCERTIDUMBRE EN LA MINERIA BOLIVIANA


El año 2007 cerró con una fuerte dosis de incertidumbre e inseguridad para la industria extractiva.

El panorama de la minería nacional es por demás incierto. La minería se debate entre la incógnita y la inseguridad. Los constantes avasallamientos, los anuncios de cambio radical del código de minería, el aumento excesivo de los impuestos mineros, que desincentivan las pocas inversiones que llegan al país, sumado a la inminente declaratoria de reserva fiscal a todo el territorio nacional, vía parlamento, que borra de un plumazo el actual sistema concesional minero, además del denominado “dominio originario” de los recursos naturales no renovables, configuran un panorama obscuro e incierto para la minería boliviana, “paradójicamente en una etapa excepcional de precios altos en el mercado internacional y favorable para la producción minera” como apunta un comentario de la revista especializada Minería & Energía.

Sobre este y otros temas de carácter ideológico y doctrinal que hacen estructuralmente a la actividad minera (como los cambios que se incorporarían al actual Código Minero) el analista y estudioso de la minería Dr. Gustavo A. Miranda, nos señala un camino que debería servir como factor sustantivo para el análisis de la actual coyuntura y perspectivas de la minería boliviana.

El analista Miranda señala con precisión que “los cambios propuestos en la Constitución Política del Estado (que se pondrá a consideración del pueblo de Bolivia a través de un Referéndum dirimitorio) contempla, entre varias materias fundamentales para la minería nacional, el denominado Control Social y El Sistema Concesional. Temas que trataremos de sintetizar, apelando a los comentarios de referencia en esta entrega de Perspectiva Minera.

“PERDURA LA INCERTIDUMBRE”
“En nuestro afán de encontrar alguna noticia buena sobre el panorama minero boliviano, nos encontramos con el anuncio de la reactivación del centro minero Coro Coro, donde la empresa estatal surcoreana Kores intenta poner en marcha un proyecto hidrometalúrgico, para la producción de 3.500 toneladas de cobre Electrolítico al año. Estas, obviamente, son buenas noticias.

Sin embargo, permanece como otra incógnita, la tan repetidamente anunciada reactivación del proyecto metalúrgico de Karachipanpa, en Potosí. Aparentemente la Atlas Precious Metals, no consigue convencer al gobierno, sobre la veracidad de sus inversiones.

Los anuncios de avasallamientos de minas, por parte de comunarios o por cooperativistas, se repiten sin visos de solución, ante la pasividad gubernamental y el azuzamiento de las ONG’ s interesadas en crear conflictos.

El gobierno admite públicamente que la producción minera en nuestro país está en retroceso, por la falta de inversiones en exploración. Analistas mineros argumentan que los yacimientos conocidos están en proceso de franco agotamiento. Todo esto paradójicamente acontece en un periodo de precios altamente favorables para la producción minera. Ante todos estos antecedentes, cabe preguntarse ¿hacia dónde nos dirigen las autoridades mineras de nuestro país? ¿por qué estamos desaprovechando una oportunidad única de atraer inversiones y generar nuevos proyectos mineros? Sin tener respuesta a dichas interrogantes, vemos con suma tristeza que perdura la incertidumbre en el panorama minero boliviano”.

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