Las cooperativas mineras surgen a partir del cierre de las minas de la Comibol, luego de la estrepitosa caída del precio del estaño y el despido de más de 20 mil trabajadores (1985-1986) que deciden organizarse en pequeños "grupos solidarios" para trabajar en lo que se consideraba como el saldo de la una época de auge, previa al colapso de la estatal minera, cuyos ejecutivos no encontraron soluciones a la caída del estaño, limitándose al despido de los mineros bajo una supuesta modalidad de "relocalización" que no se cumplió mínimamente
Una buena cantidad de los desocupados mineros invirtieron sus indemnizaciones en algunos rubros como el transporte púbico, otros en el comercio, y los más apegados a su trabajo tradicional, volvieron a las faenas mineras, aunque lo hicieron de manera artesanal, con ausencia de orientación técnica y menos de equipos para cumplir su trabajo que se desarrolló y en muchas, incluso hasta el presente, artesanalmente con un trabajo dividido entre pocos "socios" y familiares.
En ese periodo y con el objeto de recibir algún apoyo crediticio, se organizaron en cooperativas, con participación de más gente y bajo mínimas normas próximas a la doctrina del sistema, que para los fines de salvar las fuentes de empleo se adecuaron al sistema cooperativo con fuerte influencia de "solidaridad colectiva".
Un análisis sobre las cooperativas mineras del profesional, experto en minería y ex ministro del ramo, Jorge Espinoza Morales, refiere que "las cooperativas mineras lograron beneficios económicos que han debido sobrepasar los cien millones de dólares. Además su fondo de financiamiento, entre 2009 a 2015 aprobó créditos por más de 26 millones de $us. Lograron también participación en los poderes Ejecutivo y Legislativo, en el cuerpo consular y en el Tribunal Electoral convirtiéndose en fuertes aliados del actual Gobierno".
La relación de hechos que muestra el experto Espinoza Morales, recuerda que "el tremendo incremento de los precios de minerales entre 2006 al 2014 permitió incrementar sus áreas de trabajo y lograr enormes utilidades, especialmente para dirigentes y connotados cooperativistas. Se contrató miles de trabajadores mal pagados, sin beneficios sociales y laboreo en deficientes condiciones de seguridad industrial. En ninguna época (los cooperativistas) observaron las normas medioambientales, y ni en el periodo de auge, realizaron labores de exploración para conseguir nuevos parajes de trabajo".
Tras esas observaciones, se ve ya la situación presente, con las cinco medidas que han sido aplicadas por el Gobierno y que cambian el curso de un proceso calificado de lucro que se extendió más de una década y que ahora debe ajustarse paulatinamente a una situación, que obligará a los cooperativistas adecuarse a las disposiciones, incluyendo la opción legal que entre otras cosas significa admitir que con el denominativo de sociedades cooperativas, existen muchas empresas mineras, entre medianas y chicas, las que para seguir operando tendrán que cumplir las leyes laborales vigentes.
FENCOMIN BUSCA
DIÁLOGO
A poco más de un mes de haberse dictado las medidas y entre una serie de hechos que tienen que ver con las investigaciones del lamentable deceso del viceministro Illanes, los cooperativistas quedaron "descabezados", sus altos dirigentes están unos detenidos y otros perseguidos, con relación al hecho de Panduro, quedando un grupo de antiguos dirigentes del sector que iniciaron gestiones para restablecer un diálogo con el Gobierno.
A fines de septiembre los cooperativistas se reunieron en un evento nacional que al finalizar, permitió elegir un nuevo directorio que está encabezado por el representante del organismo cooperativo de Sud Atocha (Potosí), David Morejón, que tiene junto a sus colaboradores una fuerte carga de responsabilidad para concretar un acercamiento efectivo con las autoridades de Gobierno, a través del ministerio de minería.
El nuevo dirigente de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin) reconoció que se abre "una lucha por reorganizarse con una nueva dirigencia que trabajará en el establecimiento de una nueva estrategia para continuar con sus operaciones".
En el congreso de la Fencomin, se decidieron algunas medidas sectoriales entre las que resalta el desconocimiento a las normas aprobadas por el Ejecutivo a fines de agosto, para regularizar las actividades del sector de cooperativas mineras. Se mencionó igualmente la necesidad de retomar contacto con el gobierno a través del diálogo, otorgándose un plazo de dos meses para ese cometido. Se dejó como tema de mayor análisis, la posibilidad de "romper la alianza política" con el oficialismo, lo que significa un implícito reconocimiento de ese acuerdo que los favoreció hasta las movilizaciones sociales que terminaron con víctimas fatales. En el congreso de las cooperativas mineras se expuso una posición sectorial, como una alternativa a un rompimiento de relaciones y consiste en que los mineros cooperativistas conformarían un instrumento político propio, para trabajar por su sector, pero de manera independiente.
Sobre la situación reinante, se hacen muchas conjeturas, la autoridad del Ministerio de Gobierno está empeñada en dar con los autores intelectuales y materiales de la muerte del viceministro y por otro lado los cooperativistas exigen también la identificación de quiénes dispararon contra sus compañeros, un asunto que da para cierto tiempo más, mientras tanto las actividades mineras de las cooperativas no se han regularizado.
En la opinión de destacados analistas, el asunto avanzará hacia una solución en la medida en que "apegarse a las leyes será el mejor camino para que las cooperativas mineras encuentren el diálogo con la administración del Presidente Morales".
En ese orden de cosas, la principal responsabilidad de la nueva dirigencia de la Fencomin será convencer a todas sus afiliadas para que hagan el esfuerzo de regularizar su situación, considerando que ese es un aspecto cuestionable ya que muchas cooperativas no trabajan como tales, hay algunas que contratan gente y otras que trabajan en familia, por lo que se espera, que los propios cooperativistas se adecúen a las normas o se legalicen como empresas mineras. Así están las cosas, en espera de un tiempo de adaptación a la realidad, tomando en cuenta que algunas cooperativas mineras están aceptando las normativas oficiales.
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