En el Cerro Rico aún persisten unas 300 minas que funcionan desde la época colonial, según reconoció el propio ministro de Minería, César Navarro, en declaraciones a la agencia ANF.
El pasado 20 de septiembre dos obreros fueron sepultados por el hundimiento del cerro. El lamentable hecho desató nuevamente el debate sobre la cantidad de cooperativas mineras que continúan operado en el macizo rocoso, pese al riesgo que dicha actividad representa.
Asimismo, Navarro reconoció que “se complicaron las tareas de rescate de los obreros atrapados en las faldas del Cerro Rico de Potosí, debido a que es posible que los cuerpos luego de haber sido atrapados por miles de toneladas de tierra, fueron tragados por un sifonamiento en el lugar”.
Empero, la familia y los propios mineros no pierden la esperanza de recuperarlos con vida y a la vez, criticaron “la falta de interés y preocupación de parte de las autoridades gubernamentales en este hecho”.
“Hemos desarrollado acciones de geofísica y geotecnia para ver las áreas más estables y desplazar maquinaria, porque es un área completamente inestable (…) hemos paralizado también la actividad minera donde existen varios socavones de varias cooperativas mineras”, manifestó el Ministro como respuesta a la crítica.
De acuerdo a la autoridad se coordinan acciones con la Gobernación de Potosí, el Gobierno Municipal, la empresa minera Manquiri y la Federación Departamental de Cooperativas Mineras. “Incluso la decisión que hemos tomado es colaborar económicamente a la familia de las dos personas que lamentablemente han sido atrapadas por miles de toneladas en el Cerro de Potosí”, declaró hace días a ANF.
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