Las regalías mineras que se obtienen por la comercialización de nuestros minerales, de manera general deberían contribuir en buena parte de su porcentaje a impulsar proyectos del mismo sector, apoyando inicialmente los de prospección y exploración en zonas con indicios de mineralización, para cumplir con el acopio de datos, conocer la posible potencialidad de un nuevo yacimiento y el cálculo más aproximado para invertir en su desarrollo.
Lo preocupante es que los escasos porcentajes que se obtienen 85 % para la Gobernación y 15 % para el municipio productor, no garantizan la provisión de un monto adecuado que requieren los proyectos mineros en su prolongado desarrollo hasta llegar a la instancia de producción que permitirá una paulatina recuperación de inversión, efectivizando la recuperación del tiempo empleado en las fases iníciales y los gastos obligados para consolidar nuevos emprendimientos.
Ya se ha dicho que la minería de gran escala, necesita fuerte inversión y suficiente tiempo para ser operable técnicamente y financieramente rentable. En el caso de la minería estatal, el proceso está ligado directamente al uso de regalías y con cierta visión de autoridades del ramo a la concesión de alguna inversión, bajo la figura de fideicomiso.
En lo que corresponde a la minería privada, el asunto es de directa iniciativa empresarial, empero, hace tiempo atrás que no se han producido nuevas inversiones y solo se mantienen operaciones ya establecidas, que sin embargo se constituyen en importantes generadoras de regalías, tal el caso de la Minera San Cristóbal que es la principal y en menor escala Manquiri y otras que operan en Potosí.
Consultadas algunas fuentes del sector minero, señalan que la falta de "claras reglas de juego", medidas de garantía jurídica, apropiada regulación tributaria y disposición de incentivos para atraer inversiones, han paralizado posibles proyectos de una minería activa que es bien recibida en países vecinos, postergando iniciativas que podrían constituir un claro impulso al desarrollo de regiones y de la economía nacional.
REGALÍAS EN ORURO
Según el informe de la Unidad de Control de Regalías Mineras de la Gobernación Departamental, se establece que el Departamento de Oruro recaudó por concepto de regalías mineras la suma de 49.000.919 de bolivianos, suma que supera a la pasada gestión en que se recaudó en similar periodo (primer semestre) algo más de 44 millones de bolivianos. El promedio de recaudación mensual oscila entre los 6 a 7 millones de bolivianos, lo que permite estimar que la gestión presente será cerrada con un ingreso de regalías superior a los 85 millones de bolivianos.
Un estricto control y operativos efectuados en las comercializadoras de minerales ha permitido incrementar la recaudación de regalías, fondos que no son utilizados totalmente en minería, pues parte de los mismos refuerzan los gastos de la Gobernación y solo una parte apoyan las inversiones para exploración minera.
Al no ampliarse la actividad minera, la percepción de regalías se mantiene en parámetros casi fijos ya que corresponden al movimiento de ventas de lo que produce la minería estatal, especialmente el caso de los distritos de Huanuni, Japo y Morococala, además de lo que obtienen las cooperativas mineras de la región, por la producción de concentrados, cuya mayor parte se comercializa de forma directa a la Fundición de Vinto y en el caso de algunos minerales a través de las comercializadoras de minerales se exporta a mercados externos.
REGALÍAS DE METÁLICOS
Hace tiempo atrás y mediante gestiones de un directorio cívico y sectores institucionales, se hizo un reclamo formal para que las regalías que genera la comercialización del estaño producido y fundido en la metalúrgica de Oruro reditúe ingresos al distrito de Oruro y en este caso al municipio local, sin embargo, por la vigencia de ciertas disposiciones, esas regalías favorecen a la economía paceña, por lo menos es lo que señalaron recientemente dirigentes mineros y metalúrgicos restando importantes ingresos para beneficio de la región.
El movimiento cívico sobre el tema, comprende además la corrección de algunas medidas que disponen el pago de ciertos impuestos en La Paz, siendo que las actividades productivas en su totalidad se efectúan en Oruro, tienen personal local, sus operaciones pagan impuestos por servicios a empresas de la ciudad, pero a tiempo de comercializar sus productos, actividad centralizada en la ciudad vecina, el factor de utilidad o regalía sirve a otro Tesoro Departamental.
Frente a estas contingencias especiales, es que debe planificarse un proyecto de desarrollo regional, en el que se incluya de manera especial, el financiamiento de proyectos mineros, con recursos provenientes del total de regalías, y en su caso el apoyo financiero de inversiones para reactivar la minería local, una fuente de ingresos propiamente paralizada, desde el término de operaciones de Inti Raymi.
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