Según un reciente ranking de los cien mayores contribuyentes de impuestos en el país, los cuatro primeros lugares están compartidos entre YPFB, YPFB Refinación, Cervecería Boliviana Nacional y la minera San Cristóbal, posteriormente se ubican otras importantes empresas, especialmente las que son parte del sistema financiero nacional, algunas secciones de la petrolera boliviana, empresas de servicios eléctricos, la mayoría del sector privado y en el puesto 93 otra minera privada, Manquiri que opera también en Potosí.
Mencionamos estos dos hechos por la referencia que muchas veces se hace equivocadamente del sector minero privado en materia del pago de impuestos señalándose que su contribución impositiva es muy reducida. En los hechos, evidentemente la mayoría de los productores mineros pagan sus obligaciones y lo hacen en función a su capacidad productiva, de ahí que sobresale el caso de la más importante como San Cristóbal que en la gestión 2017 contribuyó con 876,3 millones de bolivianos, la otra privada Manquiri que como la primera opera también en Potosí, canceló tributos por un valor de 36,9 millones de bolivianos, se entiende que otras medianas del mismo sector pagan impuestos que engrosan el total de las recaudaciones, pero al mismo tiempo contribuyen con un régimen de regalías nada despreciable que alimenta los presupuestos de gobernaciones y de los municipios en los que se producen las operaciones mineras.
En el caso de la minería estatal, se desconoce de manera formal el monto de impuestos que pagan los distritos productores a través de la Comibol, aclarando que, en el caso de la Fundición de Oruro, la misma tributa en La Paz, pero su destino igualmente suma al que se registra como beneficio al Erario Nacional.
La minería privada denominada "chica" es otro sector que contribuye cada mes con sus impuestos y otras obligaciones sociales al sostener buen número de fuentes de empleo. De las cooperativas mineras su obligación tributaria es muy relativa, en función a la condición "solidaria y no comercial" que se arguye, pero que, en buen número del sector, operan "empresas cooperativas" que, por sus condiciones de funcionamiento, pagan algunos impuestos.
No hay un trabajo oficial que determine sectorialmente, en el caso de la minería, su contribución de impuestos de manera general, tomando en cuenta los sectores mediano y chico del sector privado, la contribución del sector estatal, lo que se recauda en materia de fundiciones, para establecer un porcentaje más concreto en el soporte que esos pagos significan en el total de la recaudación de impuestos.
Como se aprecia, no se menciona al sector minero, debido a que entre las 100 de mayor recaudación, solamente una como San Cristóbal, ocupa un cuarto lugar y la otra en el 93. En todo caso el sistema productivo minero, es parte importante del total de las recaudaciones por impuestos, su contribución es más notoria en los registros departamentales, un ejemplo los casos de Potosí y La Paz, el primero por las operaciones de varias empresas medianas, mientras que en el segundo se toma en cuenta la contribución que genera el comercio del oro, que sin ser fiscalizado adecuadamente se anota entre los contribuyentes regulares. La minería "mal que bien", contribuye con fuertes impuestos al Tesoro Nacional.
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