jueves, 27 de marzo de 2008

Minero reaccionó de milagro después de 24 horas de haber sido golpeado


El minero Tomás Alvaro Achacollo reaccionó de milagro, después de 24 horas de haber sido golpeado por los comunarios de la población de Yunguma, provincia Bolívar del departamento de Cochabamba, cuando ocurrió la intervención de la mina Santa María, que pertenece a la jurisdicción del departamento de Oruro.

Tomás Achacollo sobrevivió a 4.620 metros sobre el nivel del mar, entre las piedras y el frío de la noche, desmayado, en el cerro de la mina Santa María, donde ocurrió el enfrentamiento armado entre los campesinos y los mineros.

Los campesinos y los mineros lo consideraban muerto, el pasado martes 25 de marzo. Incluso sus compañeros de trabajo pedían refuerzo policial para recuperar su cuerpo, pero reaccionó la tarde del 26 de marzo.

“Me han pegado los comunarios el martes en la tarde, ellos han aparecido y con piedras y dinamitas nos han hecho correr en la mina de Santa María, luego me han dejado entre las piedras, pensé que me iba a morir”, dijo Tomás Alvaro Achacollo.

La mina Santa María es de propiedad de la Sociedad Minera del Centro (Somicen), está ubicada a 35 kilómetros al Este de Oruro.

Los efectivos policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) encontraron al trabajador minero en medio de piedras y pidiendo ayuda. Fue trasladado a Oruro e internado en la clínica Urme.

Los policías se trasladaron a la zona para buscar el cuerpo de ese trabajador, ya que sus compañeros denunciaron que los comunarios lo habían matado. El trabajador minero, con el rostro lleno de moretes y totalmente hinchado, estaba deshidratado y con manchas de sangre. Estaba irreconocible.

Tomas tiene 61 años, era socio de la Cooperativa Minera Playa Verde de Huanuni, al no encontrar una fuente de trabajo. El lunes por la tarde ingresó a la mina Santa María para trabajar en esa empresa, pero el martes en la tarde recibió una golpiza de los comunarios avasalladores.

“Nos han prometido un contrato para trabajar en riesgo compartido, por esa razón me he animado a entrar a esa mina, pero jamás pensé que nos iban a atacar, nosotros no estábamos preparados, a mi me agarraron y me pegaron con piedras”, afirmó con voz entrecortada.

Durante la golpiza, los comunarios de Yunguma de Cochabamba le robaron su celular, lámpara y una mochila en la que estaban sus cosas, dijo.

ESPOSA
Amalia Catorceno, esposa del trabajador golpeado, entre lágrimas, pidió a las autoridades evitar más enfrentamientos entre mineros y comunarios de la zona.

“Mi esposo ha ido a esa mina para que trabaje, han entrado pacíficamente, pero los comunarios los han pegado, no es justo ahora está muy mal herido, mi esposo ya es de edad”, señaló.

Junto a su esposa se encontraban sus hijos e hijas que pidieron que se sancionen a los responsables de la golpiza.

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