Para quienes trabajan en el sector minero, empresarios privados por una parte, profesionales de la materia en el sector estatal por otra y de las cooperativas que son evidentemente grupos solidarios, son parte de un esquema que disponiendo de cierto capital de operaciones puede disponer además de tecnología y respaldar el ciclo de operaciones en minería, que comienza en la prospección, asegura la exploración y facilita luego la explotación de ciertos yacimientos mineralizados.
Se trata de una cadena con varios eslabones que aseguran la fortaleza de un proceso que bien estructurado debe rendir beneficios a los inversionistas, sean privados o estatales, a través de un equilibrio entre costos de producción y las opciones de comercialización, de acuerdo a precios internacionales vigentes en las pizarras de los países importadores de materias primas (Commodities).
Nuestro país es altamente dependiente de la venta de sus materias primas, en un periodo especial de la era republicana dependía de su riqueza minera, la que sirvió para enriquecer naciones de ultramar. En otro periodo y es el que se vive hasta el presente, otro recurso natural como el petróleo y su derivado el gas, son parte fundamental del soporte financiero nacional.
Sin embargo y después de algunas variantes en la producción minera, debido a la caída de precios, como sucedió en la década de los 80, la minería recuperó su valor y además de la tradicional que sigue siendo parte de la minería estatal en centros productivos como Huanuni, Colquiri, Corocoro y otros abre perspectivas de proyectos de envergadura como los que se desarrollan en los yacimientos de litio en los salares de Uyuni en Potosí y Coipasa en Oruro, para explotar los valiosos recursos evaporíticos. Este proyecto marcha incipientemente, pero promete convertirse en el más importante sustento de la economía nacional.
La explotación de hierro en el yacimiento del Mutún, ubicado en el sector oriental del país es otro de los proyectos para desarrollo futuro y que en este caso se debe complementar con la instalación de una siderúrgica que transforme la materia prima en fierro de variado uso y en acero de calidad industrial. Se menciona que el Mutún recomenzará su producción en la presente gestión, toda vez que la empresa china que se adjudicó el proyecto, tiene plazos para iniciar las operaciones de instalación y producción de ese importante yacimiento de hierro.
La minería boliviana tiene características especiales y función en tres subsectores, considerando al privado mediano el más importante por sus volúmenes de producción y la generación de regalías e impuestos. Las empresas privadas observan con atención los anuncios oficiales sobre garantías para invertir en minería, pero todavía no definen esos aportes, debido a la falta de seguridades, garantía jurídica y reglas claras para exponer capitales y tecnología. Se espera una definición sobre la Ley Minera y su reglamentación, en tanto las inversiones están supeditadas al mantenimiento de sus operaciones actuales. La minera San Cristóbal, es la que lidera la actividad minera mediana privada en el país.
Está luego la minería cooperativizada que genera cierto nivel de producción de varios minerales y se caracterizaba por el enorme número de trabajadores, aspecto que desde septiembre de la gestión pasada, tiene cambios importantes, ya que las cooperativas deben definir tal condición de manera legal o pasar a formar parte del sector privado, cumpliendo las disposiciones que rigen para el efecto. Una de las alternativas es regularizar su estatus legal y formalizar sus obligaciones sociales y tributarias en las mismas condiciones que rigen para los otros sectores el privado y el estatal. El caso de las cooperativas auríferas, especialmente en el norte de La Paz, producen un alto porcentaje de regalías, pero al mismo tiempo operan bajo condiciones de poca responsabilidad en el cuidado del medio ambiente y el uso de adecuada tecnología.
En el caso de la minería estatal las cosas van por el lado de superar deficiencias y alcanzar niveles de alto rendimiento, situación que se da en algunas de las que están bajo administración de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), el caso de Colquiri que es la mejor administrada y de buen rendimiento, su eficiencia se nota en las utilidades que percibe. En cambio, la Minera de Huanuni, sigue confrontando problemas, debido especialmente al elevado presupuesto de una planilla que fue incrementada desproporcionalmente con el ingreso de miles de cooperativistas, aspecto que en periodos críticos como la caída de precios, no permite cubrir obligaciones sociales, generando pérdidas presupuestarias.
Hay que mencionar la empresa hidrometalúrgica de Corocoro que cumple sus labores regularmente y está empeñada en alcanzar los objetivos delineados para mejorar su producción. Vinto, la metalúrgica orureña, anota buen rendimiento con el horno Ausmelt, espera ampliar su producción con la refinería de zinc y mejorar los volúmenes de estaño metálico para cubrir mayor demanda internacional, sin embargo, todavía mantiene una deuda con Huanuni, distrito al que actualmente le hace faltan recursos económicos para cubrir sus obligaciones.
Se completa el cuadro productivo de la minería y metalurgia estatal con el complejo metalúrgico de Karachipampa, que pese a una serie de ajustes y fuertes inversiones está por alcanzar un ritmo regular de producción de plomo y plata metálicos que permitirán mejorar las condiciones de exportación gracias al valor agregado del proceso de fundición.
Este resulta un resumido esbozo de la situación de nuestra minería y metalurgia, repetido en varias publicaciones nuestras y de otros medios, al no haberse producido cambios sustanciales, excepto por varios anuncios en materia de inversiones que sin embargo aún no han sido ejecutadas y se mantienen como parte de la expectativa de los subsectores mineros, unos que esperan obtener recursos financieros de apoyo o impulso, dependiendo de la característica de los proyectos, y otro sector como el privado que más espera formalización de las "reglas de juego" para atraer inversiones y promover una sustancial mejora tecnológica, desde las operaciones de prospección, exploración, llegando a la explotación y comercialización de nuestros productos minero metalúrgicos.
LEVE SUBIDA DE PRECIOS
Según las perspectivas que delinean el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en la presente gestión se pronostica una leve subida en el precio de las materias primas en la región, el caso del petróleo por un lado que alcanzaría hasta un valor de 50 a 55 dólares por barril, permitiendo mejor índice de comercialización, con mayor rendimiento de utilidades.
En el caso de los minerales, se consignan posibilidades de sostenimiento de precios, eso significa que no habrá descenso y que los principales en el tipo de explotación y comercialización de nuestro medio, como el oro, estaño, zinc y la plata entre otros, lograrán un leve ascenso que constituirá una garantía para su explotación, especialmente en el sector minero estatal y de las cooperativas. Según el BM, se prevé una elevación de hasta 4 a 5 por ciento en minerales y metales, siempre y cuando la economía china no se desacelere por factores competitivos de la gran industria mundial.
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