Al iniciarse una nueva gestión en el país, bajo parámetros especiales en cuanto se refiere a la minería de modo especial, se mencionan algunas alternativas que merecen atención particular de las autoridades, más allá, según se expresa, del bullicio de las ofertas y el lento cumplimiento de las mismas, haciendo que el sector minero continúe en el renglón de las simples expectativas.
La gestión pasada se mencionaron varios planes para favorecer al sistema minero nacional, el estatal y de algún modo las cooperativas, aunque estas miniempresas bajo reglas de adecuación paulatina para cumplir las normativas legales, de manera especial las que tienen que ver con el sistema laboral y el pago legal de salarios y beneficios y por otra parte el cumplimiento tributario y de regalías en igualdad de condiciones con los otros sectores, el privado y el estatal.
Es evidente que hay una enorme diferencia entre la apuesta del Gobierno por el gas, disponiendo fuertes inversiones para la explotación de ese energético y en comparación los "modestos" presupuestos para similares objetivos en el caso de la minería. Los observadores, señalan que este es un momento propicio para impulsar el crecimiento de nuestra minería, tomando en cuenta el tiempo que tarda la ejecución de un proyecto, desde su prospección y su habilitación de explotación práctica, que puede ser de dos, tres a diez años, por lo mismo no se puede demorar más tiempo la preparación del factor minero para consolidar su habilitación práctica, y compensar cualquier declinación en la producción de gas, considerando que se trata de una riqueza no renovable, como lo es también la minería, pero que en este caso, estaría ingresando en una nueva fase de explotación minera, en un nuevo ciclo de renovación.
Lo que sucedió en la gestión pasada en minería, es justamente lo que refleja el dicho popular de "es más el ruido que las nueces" y en verdad, ruido hubo en repetidas ocasiones, pero como se observa con claridad en resultados concretos es poco lo que puede tomarse como "efectividad de compromisos".
Se han iniciado algunos proyectos de prospección en algunas localidades orureñas, pero no se ha pasado aún a la etapa de comprobación del potencial de yacimientos, por lo mismo es que no se puede hablar de nuevos yacimientos cuyo proceso de habilitación puede demorarse mucho más en tanto el Sergeomin no tenga el respaldo correcto para desembolsar recursos y mantener de manera sostenida los planes de exploración minera, y conste que la referencia que hacemos sólo tiene que ver con la jurisdicción minera de Oruro.
Por los datos que se obtiene del Ministerio de Minería y Metalurgia o de la Secretaría de Minería de la Gobernación, se estima que ninguno de los proyectos anunciados anteriormente hubiese pasado a la fase concreta de exploración minera. Todavía se trabaja en la prospección que es la fase inicial, básica en la tarea de establecer el potencial mineralógico de posibles nuevos yacimientos.
Si hay algo que se necesita con urgencia, son recursos económicos, lo que permitirá utilizar tecnología adecuada para avanzar en la detección de valorables sitios de futura explotación minera. Falta mucho por hacer, pero hay que aprovechar el tiempo si se quiere hablar de efectiva renovación de nuestra minería.
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