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lunes, 8 de octubre de 2018
40 kilómetros de documentación minera
Cuarenta mil metros (40 kilómetros) de documentación, que data entre 1952 y 1996 y de 2000 para adelante, reflejan la historia de la minería boliviana en el Archivo Histórico de la Minería Nacional de COMIBOL. Este tiene capacidad para guardar unos 10.000 metros más, es decir, un tiempo estimado de otros 20 años.
La documentación corresponde a las empresas mineras del Estado y se encuentra en tres archivos regionales: uno de La Paz, otro de Oruro y, finalmente, de Potosí.
El Archivo Regional Potosí, uno de los tres que pertenecen al Archivo Histórico de la Minería Nacional, conserva 4.000 metros de documentación y tiene una capacidad para unos 4.000 más.
En Potosí
El Archivo de Potosí tiene fondos documentales de empresas que la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) nacionalizó de Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo, símbolos del poder minero que modernizó al país, junto con Simón I. Patiño, cuyo fondo documental se encuentra en Oruro y La Paz.
“El fondo documental de COMIBOL es muy grande porque es una empresa corporativa que reúne a empresas pequeñas como las de Huanuni, Corocoro, Colquiri, Quechisla y la Unificada del cerro de Potosí”, explica a ECOS el desde hace tres años encargado del Archivo, Félix Cepeda.
La COMIBOL nacionalizó todas las propiedades de las empresas: desde maquinarias, desmontes, bocaminas, instrumentos, instalaciones, oficinas y documentación, fundamentalmente.
“De otra manera, hubiese sido imposible entender que la Corporación continúe con el proceso de producción en Bolivia, al día siguiente de la nacionalización, así como lo hacía cualquiera de los ‘barones del estaño’”, aclara Cepeda.
Es importante resaltar que COMIBOL respetó el principio de procedencia de los documentos, conservándolos en su integridad pero dejándolos en el lugar donde se produjeron.
Siete fondos documentales
En el Archivo Regional Potosí se custodian siete fondos documentales. Destacan los de Hochschild y Aramayo, pero también están los de las empresas y las plantas hidroeléctricas que tuvo Potosí: Quechisla, en el sudoeste de Potosí; plantas hidroeléctricas de Yura, al sur; la Empresa Metalúrgica de Karachipampa, Colavi, Unificada y la Planta de Volatilización La Palca.
En cambio, los fondos documentales de las empresas del norte de Potosí: Catavi y Uncía, están en el Archivo de Catavi.
Rescate de documentos
La Constitución Política del Estado (CPE) ampara y obliga a los funcionarios a transferir documentación a los Archivos. Además, las leyes 22144 y 22145 establecen la creación de archivos intermedios, donde se debe depositar todo pues el Código Penal prohíbe la destrucción de documentos.
Según Cepeda, casi diez años tomó el proceso del rescate de documentación, que fue transferida hasta aproximadamente el 2012.
En este marco, el 14 de mayo de 2004, durante la presidencia de Carlos de Mesa, se lanzó el Decreto Supremo 27490, el que fija la creación del Archivo Histórico de la Minería Nacional de la COMIBOL. “Nos dieron esa posibilidad con el rango de ley”, comenta el especialista.
Explica que en el supuesto caso de que COMIBOL no quisiera entregar documentación, el Archivo continuaría con el rescate apoyándose en su decreto.
El Archivo Regional Potosí comenzó a funcionar seis años más tarde, en 2010, con fondos propios de la Corporación. “No es solo para guardar cosas viejas sino también para proporcionar información estratégica a la COMIBOL”, aclara Cepeda.
Explica que después del rescate sigue la organización de los documentos respetando los principios de procedencia e integridad, identificación y clasificación.
Esta institución reúne las condiciones técnicas apropiadas para cuidar documentos con cierta antigüedad, de tal manera que duren más y sirvan de consulta para futuras investigaciones.
La documentación se mantiene en repositorios que cumplen con todas las condiciones y especificaciones técnicas para guardar y preservar este tipo de documentos. Tienen sistema de ventilación, estantería fija y otros.
Documentación maltrecha
“Hay que aclarar que no toda la documentación es útil, por tanto algún momento sufrirá un proceso de descarte controlado”, informa Cepeda al explicar que las instituciones solo deben archivar sus papeles durante dos años; luego, se procede con la transferencia documental.
El Archivo de Potosí no cuenta aún con documentos digitalizados porque los papeles están en plena restauración, según la explicación ofrecida por su responsable.
La documentación que corresponde hasta el año 1996 y la del siglo XXI hacia adelante estaba muy maltrecha, según Cepeda. Por ejemplo, en el interior de algunos ambientes de COMIBOL había depósitos con montañas de documentación, pero también había otra parte expuesta al aire libre, dentro de turriles y sacos.
Por otro lado, en almacenes de la ciudad de El Alto había documentación deteriorada, a merced de los roedores y todo tipo de agentes. “Por esas causas se perdió mucha información. Lo que se tiene son fondos fraccionados”, acota el archivista.
Incluso se perdieron planos del Cerro Rico de Potosí. Había más de 100 mil, pero hoy solo quedan 35.000, detalla el responsable regional.
Cepeda invita a la población a visitar e investigar allí diferentes temas relacionados con la minería. “Por ejemplo, si se quiere estudiar cómo era la salud en Potosí, hay que buscar la seguridad social en COMIBOL, que fue pionera en dar buenas condiciones laborales a los trabajadores”, precisa el Encargado del Archivo Histórico de la Minería Nacional.•
El funcionamiento del Archivo de Potosí
La archivística no es una mera ordenación de documentos, sino una ciencia con métodos y leyes generales que rigen su desarrollo, aclara el encargado del Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), Félix Cepeda.
Por esa razón, cuenta que hicieron entender a las autoridades de la COMIBOL, empresa encargada de administrar la cadena productiva de la minería estatal en el país, que el Archivo Regional Potosí no puede ser como el de cualquier otra institución, que funciona con una o dos personas y sin la capacidad técnica adecuada.
“Ellos los veían (a los funcionarios) como los rezagados de una determinada área, como los castigados que van al archivo ubicado en el sótano o debajo de las gradas. Costó cambiar ese concepto que tenían en la COMIBOL”, explica Cepeda.
El personal
El Archivo Regional Potosí guarda información estratégica para la COMIBOL, por eso ahora cuenta con personal adecuado. Actualmente, allí trabajan diez empleados en un ámbito multidisciplinario. Hay, por ejemplo, licenciados en Historia que organizan los fondos documentales porque, recuerda Cepeda, en Bolivia no existe la carrera de Archivística.
Luego, está el responsable del área de Servicios y Circulación y un abogado que domina la parte legal y se interrelaciona con los usuarios que acuden al Archivo en busca de documentos a los que pueden tener acceso, siempre que no estén restringidos, porque hay documentación estratégica que es de uso exclusivo de la COMIBOL.
“También hay un responsable de Informática, porque la nueva forma de hacer gestión integral documentada es a través del soporte técnico y el desarrollo de sistemas informáticos, que permiten controlar las redes sociales y establecer nuevos nexos con metadatos que posibilitan ingresar a la informática”, agrega Cepeda.
El Archivo cuenta además con un encargado de obras civiles que trabaja en el mantenimiento idóneo de la conservación de los ambientes donde se guardan los documentos; con una técnico conservadora y restauradora en el área de conservación y restauración de documentos, para realizar un mantenimiento preventivo eliminando objetos metálicos, polvo, rajaduras y dobleces en los documentos.
Por último hay una responsable de la administración del edificio y otra del área de museos a nivel nacional, con sede en Potosí, Sheila Beltrán, quien informa que en la Villa Imperial se proyecta la apertura de tres museos: uno en la ciudad de Potosí, otro Catavi y el último en Pulacayo. Este ya está en pleno trabajo la implementación.
La sede del área de museos está en Potosí, mientras que la dirección del área de conservación en La Paz.
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