El rico yacimiento estañífero de Huanuni, el portentoso Posokoni, sigue rindiendo en la entrega de su riqueza a la minería nacional, permitiendo la actividad de miles de trabajadores y la supervivencia de estos y sus familiares, pero además generando divisas para el Erario y regalías para su municipio y el departamento de Oruro, lamentablemente también alimentando a centenares de laboristas irregulares, los conocidos "jucus", ladrones de mineral que le restan ingresos a la empresa y todos sus beneficiarios.
El hecho es que este problema data de mucho tiempo atrás, algún dirigente indicó que "el robo de minerales ha sido una constante acción de siempre en Huanuni", tanto así que en algunas gestiones, se considera el hecho como parte de la cuenta de "pérdidas" reconocidas en la empresa.
Diferentes autoridades del sector minero, desde el ministerio del ramo, de la Comibol y la misma empresa se preocuparon de frenar este problema del robo de minerales, sin embargo, pese a medidas extremas de control, con reforzamiento de control policial, de los mismos trabajadores y en alguna ocasión hasta de efectivos militares, no se logró desarticular las bandas de "jucus", que se dan modos de permanencia en su depredadora tarea, propiamente cotidiana.
El problema se incrementó en el último tiempo, al punto de que el principal ejecutivo de la Comibol, reconoce que la tercera parte de la producción de Huanuni se va al "juqueo", asegurando que ante esa situación se aplicará un "plan represivo para evitar la comercialización de los minerales" Pero añadió algo que se considera importante en la compleja situación, afirmando que "ante todo son decisiones de carácter político", (las que deban tomarse). Para los observadores, el problema estaría justamente en esa instancia, que mucho tiene que ver con las relaciones de cooperativistas con el sistema gobernante.
Por su parte, el titular de Minería, reconoció que los esfuerzos que se hacen para frenar el juqueo son insuficientes, pues no existe la cantidad suficiente de recursos humanos para poder controlar el movimiento de los jucus que tienen múltiples formas de ingreso al Posokoni. El Ministro de Minería reconoció que el daño económico a la empresa por el robo de minerales, alcanza a un millón de dólares mensualmente. Según el gerente de la empresa, la pérdida es mayor, hasta dos millones mensuales, lo que significa 24 millones al año. Por supuesto un daño considerable que debe evitarse de algún modo y con la aplicación de un programa de mayor control en el que posiblemente participen efectivos militares.
De momento la estrategia tendría que disponerse en un minucioso examen de la superficie externa del Posokoni, para establecer un riguroso control y el bloqueo de los puntos vulnerables que utilizan los jucus para sustraer los minerales del interior de la mina de Huanuni.
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