Cuando buscamos explicaciones concretas sobre este peliagudo tema, no hay autoridad que pueda satisfacer las dudas que tiene mucha gente sobre los montos oficiales de concesiones (fideicomisos) para actividades mineras en nuestro distrito, cómo y cuándo se efectivizaron, cuál es el resultado de beneficio con tales "apoyos" financieros y cuál es la perspectiva para tener mayores inversiones que permitan encarar proyectos de prospección y exploración minera, tomando en cuenta que en Oruro, más de una década no tenemos ningún nuevo emprendimiento minero, ni estatal, tampoco privado.
Cifras van y vienen, en la Secretaría de Minería y Metalurgia de la Gobernación se menciona que hasta febrero del año en curso se recaudó la suma de 14,6 millones de bolivianos por concepto de regalías mineras. En enero se recaudaron 8 MM y en febrero, un mes más corto y de festejos se recuperaron 6,5 MM de bolivianos, de todos modos un millón más que en igual periodo del 2017. Está definido que del 100 % de regalías recaudadas, el 85 % corresponde a la Gobernación, y del monto total se dispone un 10 % para trabajos de prospección y exploración y el 15 % al municipio productor, una suma irrisoria que no permite encarar ningún proyecto de envergadura.
Por otro lado, se menciona que la Comibol dispone para la gestión 2018 de 20 millones de bolivianos para trabajos de prospección y exploración, que deberán efectuarse en Oruro, Potosí, Santa Cruz y La Paz. Si se divide el monto de manera igual para cada distrito correspondería cinco millones de bolivianos para todo el año. Ridiculez en su máximo grado, pues según los especialistas, un solo proyecto de simple evaluación de potencialidad de un yacimiento minero, gastaría ese monto y todavía faltaría plata. Se habla paralelamente de que Oruro, tiene cuatro prospectos mineros que podrían ser desarrollados si se completan las tareas de exploración minera, se encuentran en las localidades de Chullcani, Turco, Negrillos y Paco Khollo, según la versión del Servicio Geológico Minero (Sergeomin) que elaboró los prospectos respectivos para su futuro desarrollo.
Sin embargo, en materia de presupuesto para proyectos de prospección y exploración, el Sergeomin o cualquier organismo que quiera encarar los trabajos, no puede disponer de recursos porque hay impedimentos "legales" para el uso de los fondos, por falta de una adecuada reglamentación en la Ley 535. Así están las cosas en materia de actividad minera.
Por lo demás, pese a ciertos datos, considerados positivos, como los que se muestran en el informe, denominado "rendición de cuentas", no se establece con claridad el destino y beneficio, por ejemplo de las regalías mineras que produce el distrito de Huanuni, que de acuerdo al detalle de la gestión 2017, generó una producción de estaño de 8.409 toneladas métricas finas (TMF) de estaño, lo que significó una utilidad neta de 93.083.094 millones de bolivianos y una regalía minera igual a 35.082.548 millones de bolivianos (Ver infografía), lo que muestra la parte activa de la producción de Huanuni.
Para quienes analizan el proceso, evidentemente se encuentran vacíos en las explicaciones sobre el destino de las regalías mineras, considerando que son la parte fuerte de beneficio que debe percibir el departamento de Oruro, el municipio de Huanuni y se sobrentiende, la parte que corresponde al Estado.
Siendo Oruro un distrito "eminentemente minero", aunque sin ningún proyecto nuevo, se entiende que las utilidades por regalías que provienen de su principal centro mineros como Huanuni y los que generan la metalúrgica de Vinto, tendrían que ser consignados en el presupuesto departamental, incluyendo lo de otros distritos y los que recauda la secretaría de minería de la Gobernación.
Posiblemente se trata de una simple aclaración para establecer con claridad cuánto percibe Oruro por regalías mineras y cómo se las utiliza en los planes del desarrollo regional.
Medios. Agencias. PM.
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