En el último tiempo la exportación de minerales desde nuestro país a los mercados externos ha significado un importante movimiento económico de manera global en los ingresos nacionales, considerando que en la presente gestión su rendimiento en el primer semestre significó el 46 por ciento de las ventas realizadas a nivel nacional, tomando en cuenta que el valor de esas transacciones se calcula en función al precio internacional de los minerales.
Hay algo que es importante remarcar y que si bien explicamos en ediciones pasadas, aún no tiene visos concretos de solución, pues nuestras exportaciones seguirán siendo de materias primas, propiamente concentrados sin valor agregado que es el factor importante para elevar su precio si vendemos metálicos.
La situación es patética, no hay vuelta de hoja y es que lo que vendemos son "puros concentrados" excepto el estaño que se vende como metálico en lingotes que produce el Complejo Vinto, el resto de nuestros minerales es materia prima sin tratamiento.
Según datos reveladores de la Fundación Jubileo, "los operadores mineros, pierden hasta el 77 % del valor del mineral al pagar a las fundidoras que extraen el metal. Esas fundidoras que tienen su plantas en el exterior, recuperan valiosos metales que les permiten un negocio extra de ingresos, que significan en la misma proporción una pérdida para los productores y exportadores bolivianos de mineral". Un ejemplo sobre la diferencia de este mal negocio, atribuye a los compradores externos obtener un valor de 1.000 por negociar nuestros minerales que sólo obtienen un valor de 230 por ciento en la transacción, una pérdida de 770 puntos, por vender sólo concentrados y no metálicos.
Por lo tanto, el hecho es claro y la solución es única, hay que industrializar nuestra minería y ese proceso significa fortalecer la metalurgia, empezando por los ajustes necesarios que necesita el horno Ausmelt en el Complejo de Vinto, para elevar la producción de estaño metálico; asegurar por otro lado que el horno de Karachipampa funcione sin interrupción para obtener lingotes de plomo y plata y algunos metálicos más que se procesen en esas dos fundiciones.
Demás está decir que, debe recuperarse el tiempo perdido y poner en marcha la instalación de las fundiciones de zinc ofrecidas por el Gobierno, una en Oruro con ubicación en la planta de Vinto y la otra en Potosí, con lo que el zinc, que ahora tiene mercados asegurados se vendería también con valor agregado.
De acuerdo a datos sobre comercialización de minerales y la producción de los más requeridos, se mencionan el zinc, oro, plata, estaño y plomo. De todos esos sólo el estaño se exporta como metálico y una mínima parte de oro, el resto siguen siendo concentrados, favoreciendo al negocio de separación que hacen los compradores externos, restando precio e ingresos a nuestros productores y exportadores, el Estado, los privados y los cooperativistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario