jueves, 9 de junio de 2016

Baja la venta de minerales y disminuye su producción

La minería está atravesando una delicada situación en materia de producción

• El fenómeno de precios afecta además todo el sistema minero de la región


Los yacimientos tradicionales se agotan y no se los reemplaza
Era lo que se esperaba, pues no se puede mantener un ritmo regular en la producción si la misma no está acompañada de condiciones aceptables para cubrir sus costos operativos, peor aún si las obligaciones sociales, en algunos casos, crean situaciones de riesgo para el desempeño normal de actividades.

El problema de cambio que se presentó el 2014, tenía algunas variables que hacían sostenible la producción de algunos minerales pero descartando tal opción para otros, cuyos precios de venta no pueden compensar los costos de producción. En nuestro país es el caso de Huanuni y algunas empresas de la pequeña minería y contadas cooperativas.

El problema de la minería en el tiempo presente, arrastra innegablemente un factor de imprevisión por parte de las anteriores autoridades del ministerio como de la Comibol, que no aprovecharon un buen periodo de precios para crear un "fondo de reserva" o directamente la reposición del Banco Minero de Bolivia, como organismos que promuevan las inquietudes del sector minero en general, pero sobre todo de los más vulnerables, cuando cambia el ciclo de precios y obliga a una serie de actitudes de emergencia para sobrellevar las condiciones poco apropiadas para mantener un ritmo de equilibrio en los costos de producción.

Se suma a la contingencia presente, la falta de una política estructural que pueda aplicarse de manera general a la actividad minera, de modo que los subsectores dependientes del Estado, en un caso, los privados por otro consignando la minería mediana y la chica, además de los cooperativistas, puedan en su caso desarrollar proyectos enmarcados en sus realidades, pero diseñados en una estructura tal, que dé funcionalidad a toda la producción minera que dicho sea de paso, tiene actualmente marcadas diferencias, en la atención que se dispone sectorialmente y que no es equitativa y efectiva para aprovechar mejor los niveles de productividad.

Por ejemplo, el caso de la Mina San Cristóbal, es el proyecto más grande del país e incluso se lo considera como un ejemplo de avanzada en la región sudamericana, primero por su millonaria inversión, por su aporte social a la región en que se desempeña y luego por su ritmo productivo, generación de divisas y regalías. No han faltado algunos comentarios especiales encomiando ese proyecto, en el que se introdujo tecnología de punta y responsabilidad con el medio ambiente.

No es la misma figura que confrontan los otros sectores, el estatal con una mina que todavía entrega su rico mineral, pero cuyo sostenimiento se hace cuesta arriba, debido a su carga social con poco menos de 4.000 trabajadores, en tanto que la otra minera estatal Colquiri, con algo más de 1.200 trabajadores, logra equilibrar sus costos de operación y hasta produce utilidades que son parte de lo que percibe el Estado, fondos que en su caso debería administrar Comibol, pero para multiplicar operaciones y mejorar las condiciones de ese distrito.

Cuando se habla de la última década, la actividad minera privada, calificada como mediana, es la única que registró inversiones, el caso de San Cristóbal, Manquiri, San Vicente, San Bartolomé, también se cuenta Puquio Norte y la aurífera Don Mario. Se toma en cuenta que cada uno de estos emprendimientos, significó un promedio de ocho a diez años de preparación antes de entrar en explotación.

Tomando esos ejemplos, es que los entendidos en la materia, expresan sus preocupaciones, pues en el último tiempo no se vislumbra ningún nuevo emprendimiento minero, ni siquiera el de Mallku Khota, del que se sabe tiene un potencial parecido al de San Cristóbal, pero no se agilitan las operaciones para que se convierta en un centro alternativo de alto rendimiento minero.



Baja la venta de minerales y disminuye su producción

Mientras todavía se "llora sobre la leche derramada", las cosas se complican con los registros del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) cuando confirma que nuestro país entre las gestiones 2014 al 2015 registró un valor menor de las exportaciones de minerales, en relación a países vecinos como Chile, Argentina y Perú. El informe señala que el año pasado nuestro país vendió un 27,2% menos que la gestión anterior, pues sólo percibió 2.861,7 millones de $us.

La causa de ese bajón se debe al registro menor en los precios de minerales y los volúmenes de exportación del oro, zinc, estaño, plomo y plata. Se aclara que de manera paralela, la producción se incrementó en un 4%, de acuerdo al dato del Anuario Estadístico 2015 del MMM.

Para consuelo, aunque no es el mejor argumento, pero en el caso de Chile, la venta de minerales registró una cifra negativa del 17,3%, debido a la menor comercialización del cobre y sus concentrados que para ese país significan el 94% del total de sus exportaciones mineras. Perú redujo sus ventas en 8% y se atribuye el hecho a la menor demanda de cobre que representa el 45,3% de su venta de minerales. En la Argentina la exportación de minerales disminuyó sólo en 3,8%, en realidad el menor impacto con relación a los vecinos, debido a la baja en producción de cobre, sus concentrados y el aluminio en bruto. Reiteramos en el caso boliviano, la venta de minerales disminuyó en 27,2%, debido a las bajas cotizaciones de varios minerales.

En cuanto a la producción los datos del MMM, tienen la referencia del doble movimiento que se produce de acuerdo a los minerales, por ejemplo en la gestión 2015, gracias a la obtención de estaño metálico, wólfram y otros metales hay un incremento del 5,13%, empero en lo que corresponde a otros minerales, cuatro en el registro oficial, baja su porcentaje de exportación con relación a la gestión del 2014, se trata del zinc, oro, plata y plomo, además en menos porcentaje disminuyó la producción de antimonio, cobre y ulexita.

Cuando se rescatan opiniones, las principales coinciden en señalar que la carencia de una "política minera" que defina estructuralmente el futuro de este importante sector estratégico del uso de nuestros recursos naturales, es la parte más delicada y sensible, pues mientras no se generen cambios en los procesos de explotación, volumen de producción y de exportaciones, con un registro de bajada, no se definirán planes concretos para incentivar la prospección y exploración de nuevos yacimientos, la demora persiste, como sucede también con la esperada reestructuración de la Comibol.

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