miércoles, 25 de mayo de 2016

El "rol productivo" de la nueva Comibol

En realidad todo el sistema de la minería y metalurgia del país, está funcionando bajo la dirección y/o la administración de la Corporación Minera de Bolivia Comibol, eso se entiende por los informes que emanan de dicha empresa y que se publican en el periódico Bocamina, en el que se resalta editorialmente que "Comibol retoma su rol productivo".

El hecho resulta halagüeño si se piensa que precisamente a la minería y metalurgia les falta el impulso técnico imprescindible a través de un proyecto operativo que responda a lineamientos definidos en una política sectorial responsable y seria, para mejorar los índices de producción en los actuales yacimientos, disponer suficiente inversión para encarar programas de prospección y exploración para habilitar nuevos yacimientos, garantizar el rendimiento de las empresas metalúrgicas y con resultados de una producción estable avanzar hacia la industrialización de nuestros minerales y metales.

Se ha cumplido un proceso considerado necesario en el proyecto político de cambio y se recuerda que "El Presidente Evo Morales Ayma recogió el sentimiento de frustración del pueblo boliviano y reconquistó los recursos naturales. En el caso de la minería, nacionalizó Huanuni, Colquiri y la Fundición de Vinto y devolvió el carácter productivo a Comibol con la Ley 3720 y delineó su nuevo rol con la nueva CPE".

Se menciona también que hay ciertos paradigmas que "impulsan a la Comibol a recuperar sus capacidades en la cadena productiva nacional, en el marco de la Ley de Minería y Metalurgia 535 para desarrollar la minería estatal en el Estado Plurinacional de Bolivia, rumbo a su industrialización, trabajando para cumplir con el reto de generar excedentes con miras a fortalecer y diversificar la economía nacional", así profundiza Bocamina la obligación que asume Comibol para "retomar su rol productivo".

Todo bien en el planteamiento general, sin embargo, no se conoce todavía ningún detalle concreto sobre el proceso de "reestructuración" de Comibol, que ha sido planteado por los mineros asalariados, una vez que comenzó el lamentable ciclo de la baja de precios internacionales de los minerales y en el caso de Huanuni con mayores efectos negativos que en las otras empresas mineras estatales.

Como estaba funcionando la estatal minera, sus posibilidades de encarar nuevos emprendimientos eran remotas, pues no gozaba de las condiciones apropiadas para disponer por ejemplo una abierta prospección y exploración minera para renovar por nuevos los ya agotados yacimientos mineros estatales, se remarca esto en el sentido de dar a la Comibol nuevos lineamientos que signifique proyección en la explotación de la riqueza minera, considerando que ésta fuente de recursos naturales tiene mucha potencialidad y futuro promisorio para la economía boliviana…pero hay que delinear y ejecutar proyectos.

Reestructurar la Comibol parecía una tarea fácil, pero por el tiempo que se demora en ajustar "las clavijas" en la estatal minera, el asunto se ha convertido en una delicada misión, ojalá no imposible, pues urge que todo el aparato productivo minero marche al unísono con un proyecto apropiado y respondiendo a una política minero - metalúrgica de avanzada y modernización, pero esencialmente garantizada con dos apoyos insustituibles, un equipo profesional para delinear y desarrollar el plan general y la suficiente inversión para su ejecución práctica.

Se abre un abanico de interesantes posibilidades, si se cuenta con un excelente programa, primero que deben estar vigentes las reglas de juego para atraer y garantizar inversiones extranjeras, si estas se interesan en este rubro estratégico lo natural es que se cuiden los intereses nacionales, pero se impulsen como sucede en países vecinos, grandes proyectos de minería y metalurgia.

El asunto no se acaba ahí, pues si hay rendimiento de producción sostenida de concentrados, se asegura la producción de metales, si esto se incrementa quiere decir que la política minera debe entrar en la fase de industrialización de nuestros metales, lo que significa valor agregado en su precio de exportación, mayores ingresos para la economía nacional y de los distritos productores.

EL GRAN SALTO

El cumplimiento de metas fijadas en la renovada política minera significaría otro reto de magnitud para el Gobierno y consistiría en facilitar las condiciones más apropiadas para utilizar nuestra materia prima de metales como el estaño, plata y plomo, posiblemente zinc en lo que corresponde a un sector productivo para la creación de industrias múltiples de materiales y herramientas que actualmente las importamos de países vecinos, por ejemplo la variada línea de quincallería. Significaría el uso de nuestra materia prima, para generar miles de empleos en un vasto plan de diversificación industrial.

En este "atlético salto", hay que sumar dos proyectos importantes, el litio, cuya demanda externa se perfila como de mucha importancia a nivel mundial y en el caso boliviano su futura producción tendría que entrar en la competencia con los países vecinos de Chile y Argentina que ya tienen más avances en la exportación de su litio industrializado. Según la autoridad de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos, la demanda de litio en el mundo es creciente y su precio estará en constante ascenso lo que garantiza un futuro mercado para las baterías de litio con el sello "Hecho en Bolivia".

La situación del hierro del Mutún, de momento es sólo de espera, en tanto la firma china que se adjudicó su explotación e industrialización, comience el movimiento del hierro en el yacimiento oriental y más adelante pase a la etapa siderúrgica en la que se producirá materiales como fierro de construcción y otros derivados, pero apuntando a transformar nuestro hierro en acero de exportación.

Hay muchas opiniones sobre este complejo tema de la minería y metalurgia en Bolivia, pero las coincidencias son importantes, cuando se remarca que si no hay una verdadera reestructuración en Comibol y si no se disponen los recursos necesarios, el sueño continuará y lo que menos se quiere es que pueda convertirse en pesadilla, si no se define la política minera nacional y se la sustenta con adecuada inversión para que el sistema funcione. La Comibol debe funcionar.

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