lunes, 25 de abril de 2016

Chiri Wayrita, cuentos que transmiten la voz de los niños del Cerro Rico



Es el aliento del Cerro Rico que lleva las voces de los niños y niñas que viven en el contexto minero, Chiri Wayrita significa en quechua ese "vientito frío” que se siente en la Villa Imperial. Un colectivo de narración oral adoptó este nombre para crear un proyecto cultural que transforme las voces de los pequeños en cuentos que reivindican su derecho a jugar, opinar y soñar.

El Tío de la mina enamorado de la luna, un ogro que defiende a los niños de la violencia, rocas que se convierten en guardianes del Sumaj Orcko y una carretilla que en lugar de mineral lleva juegos son algunas de las historias que se narran en los cuentos creados en forma colectiva por alrededor de un centenar de niños de la escuela Robertito, ubicada en el Cerro Rico de Potosí.

El 2015 se publicó el libro Chiri Wayrita Cuenta Cuentos, que también tiene una edición en audiolibro. El material reúne más de una veintena de historias creadas y dibujadas por los pequeños de la escuela. Un logro que fue posible al ser seleccionados por del Fondo Para Proyectos Culturales de la Embajada de Suiza en Bolivia.

Derechos y trabajo infantil

El proyecto inició con algunos círculos creativos que se establecieron, como espacios de diálogo, para trabajar con los niños a partir de la narración oral.

"El corazón del proyecto tiene que ver con brindar la posibilidad a estos niños y niñas para que ejerzan sus derechos culturales y creativos. Muy poco se habla de la mutilación creativa y entender esto como la pérdida del ejercicio de un derecho humano”, describe una de las creadoras del proyecto, Rocío del Carmen Alvarez Araníbar.

Los niños que crecen en el contexto minero parecen destinados a continuar en el oficio de sus padres. Su búsqueda por el mineral puede iniciar a muy corta edad por esa causa que dejan de estudiar, de jugar y posponen indefinidamente su niñez. La "mutilación creativa” es provocada por el trabajo infantil.

Bertha se sentía muy triste pues supo que el diablo que vivía en la mina había raptado a su amigo Marco para que él trabaje sacando mineral y todos los habitantes del lugar tenían mucho miedo de entrar a la mina para rescatar al niño, narra el cuento escrito por Erilinda Sánchez Flores.

El proyecto pretende que los menores puedan, a través del cuento, desarrollar la imaginación, ejercer su derecho al juego y a través de ello provocar que opinen sobre su realidad.

Narradores en el cerro

La idea surgió hace alrededor de dos años como parte del colectivo de proyectos sociales de la Universidad Domingo Savio. Su objetivo fue generar un espacio de narración oral con los niños del Cerro Rico. El primer y definitivo acercamiento se dio con la escuela Robertito y en otros espacios que trabajan con menores de edad en la zona.

El colectivo de narración oral y escénica Chiri Wayrita es el único en Potosí que se dedica a generar actividades abocadas al trabajo con la palabra.

Ellos, junto a los educadores de la escuela y la Fundación Voces Libres, han logrado que los cuentos sean un dispositivo de transformación social. Una evolución en el que no prima la riqueza del mineral -que rodea la existencia de estas jóvenes vidas-, sino la riqueza de poder vivir una niñez sin violencia y donde se reconocen sus derechos.

Existió una vez una bocamina muy especial, de allí no se sacaba oro, plata ni cobre, lo que salía de allí era una carretilla que rodando sola traía cosas mágicas, juegos, alegría y amor, reza el cuento de Erlinda Sánchez Ayllón.
Según Alvarez, cuando los pequeños hablan del cerro lo relacionan al tema del cuidado del medio ambiente.

"Cuando les preguntamos si quisieran trabajar en la explotación del Cerro Rico, casi todos responden que no”.
En tanto, las niñas quieren que ser escuchadas cuando expresan sus opiniones. Todos sin excepción sueñan con que es posible construir un futuro alejado de la explotación minera.

Los cuentos han logrado generan un espacio de horizontalidad, en el que los narradores y educadores de la escuela diseñan las actividades con los niños. A ello se suman varios talleres de personas relacionadas al mundo de la narración y la cultura.

El trabajo tuvo su máxima difusión con la presentación del libro y con el Festival de Narración Oral Chiri Wayrita, ambos realizados simultáneamente en noviembre de 2015. En el evento cultural se reunieron narradores de diferentes partes de Bolivia con el colectivo, los educadores de la escuela, los padres y niños que integran el proyecto.

El objetivo en el presente inmediato, y para las siguientes gestiones, es ampliar el proyecto a otras unidades educativas. De momento, los círculos creativos iniciarán en la escuela 6 de Junio, en la comunidad de Cantumarca, en Potosí.

"Un profesor nos dijo después del festival, ‘tal vez mis alumnos no lean o escriban mejor que hace seis meses, pero hemos visto un cambio enorme porque ahora se acercan y abrazan más’. Ahí te das cuenta que es un proyecto que abre un espacio desde los afectos y desde la opinión”, finaliza Alvarez.

Y este cuento se acabó y el vientito se lo llevó, cuando vuelva a pasar se lo volverá a contar.

Sobre el proyecto

Contacto El proyecto tiene una página de Facebook: Chiri Wayrita Cuenta Cuentos, en donde se ofrece más información sobre sus actividades.
Libro A través de su página de Facebook se puede solicitar el libro, que tiene un costo de 20 bolivianos, y el audiolibro, a 15 bolivianos.
Fondo El proyecto fue seleccionado en la segunda convocatoria (2014) del Fondo para Proyectos Culturales de la Embajada Suiza en Bolivia, que tuvo como principio "La cultura no es un lujo en la vida, es la vida misma”.

1 comentario:

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