domingo, 21 de febrero de 2016

Complicada situación de empresas chinas

A raíz del problema que surgió con la licitación del proyecto en el Mutún, cuando se presentaron dos empresas chinas, una fue seleccionada, la Sinosteel, pero observada por carecer de una certificación apropiada de legalidad empresarial de la autoridad competente de su país, lo que demoró la suscripción de un contrato con el Gobierno boliviano, hecho que seguramente será subsanado.

Sin embargo y aunque con demora de algunos días, la empresa que fue descartada, en este caso la Henan Complant, generó una polémica que seguramente merecerá una amplia investigación y recién una clara definición para definir la titularidad del contrato, en mérito a un análisis de las observaciones que fueron explicadas en una carta directa enviada al Primer Mandatario de Bolivia.

Esa circunstancia y que surge en una empresa también china y que se califica como legalmente estatal, configura un marco de dudas sobre la competencia de la que habría ganado la licitación, aduciendo factores importantes como de mejor condición financiera, mayor experiencia y otros detalles que aparentemente no se tomaron en cuenta en la etapa final de evaluación de las ventajas y desventajas de propuestas, en un proyecto millonario como es el del Mutún.

Pero el asunto no sólo está en el caso de referencia, es más, se relaciona con problemas que afectan a tres empresas chinas que en los últimos meses son motivo de observación por una serie de actos cometidos y que salen de los términos estrictamente legales.

Las empresas chinas observadas son la CAMC Engineering Co Ltd. Bolivia Branch, la otra Sinohydro y la tercera la Sinosteel, de la que nos ocupamos en las notas relacionadas con el proyecto siderúrgico del Mutún.

De manera más general, resulta que las tres están relacionadas con contratos suscritos y vigentes con el Estado boliviano y que coincidentemente han sido objeto de cuestionamientos en el desarrollo de sus labores. Una situación que indudablemente debe aclararse, despejando dudas, eliminando los problemas y regularizando las tareas de competencia establecidas en los contratos vigentes.



Los problemas

En el caso de la firma CAMC que resulta la de mayor polémica, está en función de su relación con varios contratos que serían producto de "tráfico de influencias", un delito denunciado por un periodista (Carlos Valverde) y que complicó la situación del más alto nivel del Gobierno, al complicar al Presidente Evo Morales y Gabriela Zapata, su ex pareja que actualmente oficia como ejecutiva de la empresa china que mueve una fuerte inversión en varios proyectos, entre algunos la compra de perforadoras de pozos petroleros, el caso del Ingenio azucarero de San Buenaventura, construcción de tramo ferroviario, proyecto Misicuni y lo que se relaciona con minería está circunscrito al proyecto de la planta de sales de potasio de Uyuni, desde el 2015 con una inversión de 178 millones de dólares, entre otros convenios vigentes.

En el caso de la otra empresa china, Sinohydro, su problema si bien es menor, pero repercute en el ámbito social al tratarse de la vulneración de normas laborales de nuestro país. Esta segunda empresa china está trabajando en dos proyectos para el estado, una doble vía carretera en el sector del oriente y una planta hidroeléctrica en la localidad de San José.

En ambos casos han existido problemas con los trabajadores, que llegaron incluso a una huelga exigiendo estabilidad laboral, respeto al fuero sindical, seguro de vida, atención médica, ropa de trabajo, pago de segundo aguinaldo y contratos fijos de trabajo, entre otras peticiones que la firma china se resistía a cumplir.

Sin embargo, por la presión social que ejercieron los trabajadores, los ejecutivos chinos cedieron posiciones y solucionaron los problemas, no todos, pero otros serán objeto del análisis en comisiones y en tiempos que han sido acordados entre partes. Este asunto puede ser el menos complicado entre los que confrontan las empresas chinas.

Esos problemas si bien eran conocidos en el caso de la china Sinohydro, causaron desazón en el sector laboral de la zona oriental del país, pero se alcanzaron algunos acuerdos que daban por superados los problemas y las actividades continúan bajo vigilancia de partes.

Pero lo que saltó con características de mucha duda, fue la decisión de adjudicar el contrato del Mutún a la empresa china la Sinosteel, que aparentemente ganaba a su contrincante la firma Henan, para desarrollar el importante proyecto de la explotación de hierro y su industrialización en una acería a instalarse en el rico yacimiento oriental donde se estableció la existencia de una reserva de hierro de hasta 40 mil millones de toneladas, las que después deberán ser convertidas en acero y/o material de construcción.

Inmediatamente de conocida la determinación del directorio de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), a la Sinosteel, surgió una información económica de Bloomberg especializada en información financiera mundial, afirmando que "la empresa Sinosteel de la China, es calificada de zombi, pues es deudora de intereses de una emisión de bonos de 315 millones de dólares en mercados de capitales".

Esa denuncia se complica cuando - evidentemente - la adjudicataria no tiene en su legajo el certificado que la avale como empresa vigente y solvente en la China.

Hasta ahí para no repetir las consecuencias del problema y las observaciones, el curso de los más recientes hechos que se resumen a una postergación en la suscripción del contrato para desarrollar el proyecto siderúrgico del Mutún.

Soluciones

Los entendidos en la materia y seguidores de este proceso de contratos entre nuestro Gobierno y empresas chinas, estiman que deben solucionarse todos los problemas en función a las condiciones que se vayan presentando y que se puedan ejecutar para eliminar las controversias, de modo que no se causen perjuicios que alteren el curso de importantes proyectos en los que se han hecho grandes inversiones y tienen que culminar satisfactoriamente.

Se ha dispuesto la intervención de la Contraloría en un caso, pero se estima necesaria tal intervención en todos aquellos proyectos en los que trabajan firmas chinas y que tienen observaciones, lo que permitirá esclarecer dudas y en su caso enderezar todo aquello que está en "línea torcida" de la elementalmente recta y limpia.

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