lunes, 31 de agosto de 2015

Las buenas intenciones deben plasmarse en alternativas reales para salvar la minería

Un reciente evento de mucha importancia en medio de la actividad minera, nos da una pauta interesante sobre la voluntad de asumir un reto ante la adversidad, no otra cosa significa desarrollar una Feria de Minería, justamente cuando el sector está atravesando por una época de limitaciones, debido a la caída de precios de minerales en el mercado internacional.

La buena intención se concretó en una muestra del interés de sectores afines a la actividad, empeñados en sacar adelante la minería en base al compromiso de sectores, responsabilidad laboral y un decidido apoyo gubernamental, traducido en respaldar las condiciones adversas, con buena voluntad política para efectivizar recursos financieros que permitan mejorar las condiciones productivas.

Hay que tomar en cuenta la visión de los expertos que observan dificultades en el presente y que posiblemente persistan a mediano plazo, ya que los valores de nuestras principales materias primas se mantendrán fluctuando en una escala hacia abajo y con bajas opciones de ir hacia arriba, por lo menos mientras persista la presión de los grandes industriales asiáticos (China) con una sobreoferta de sus productos y una reducción apreciable en la demanda de materias primas mineras.

Muchas personas ligadas de algún modo con la actividad minera y que participaron de la Feria Internacional de Minería, que organizó la Universidad Técnica de Oruro en su Campo Ferial 3 de Julio (Expoteco), coincidieron en señalar las dificultades del presente, especialmente en el caso de la minería estatal, la minería chica y la cooperativizada, incluyendo al sector mediano minero privado que debe extremar alternativas de emergencia para compensar el menor flujo de recursos para sostenimiento de sus proyectos, debiendo en todos los casos definirse estrategias que permitan captar fondos, como la alternativa más funcional en el momento actual, que evitará el colapso en unos casos y un leve avance productivo en otros pero sobre todo otorgando facilidades a las empresas para su mantenimiento sin mineros despedidos.

Lo importante es saber que el país y de manera privilegiada la región occidental son depósitos naturales de importantes reservas mineralógicas, lo que permite vislumbrar periodos de auge, una vez que pase la crisis y cambie el ciclo minero con nuevas oportunidades de exportación de minerales, ojala ya fuesen metales con valor agregado y mejores precios. Ésta situación por supuesto que no es de aplicación inmediata, pero dadas las circunstancias merece un tratamiento urgente tomando en cuenta que los proyectos mineros demandan mucho tiempo en su preparación, antes de ingresar a la fase de explotación que es el objetivo de los proyectos mineros.

Para los expertos más optimistas la minería actual puede salir adelante, si se define una adecuada política y se la respalda con normas prácticas que garanticen seguridad jurídica, que eliminen trabas burocráticas y que permitan realmente captar inversiones para impulsar nuevos proyectos, los que comienzan en la prospección y exploración, asegurando la potencialidad y rentabilidad de los nuevos yacimientos.

El reto del presente es disponer estrategias que permitan sostener la producción minera, mejorar el volumen de concentrados en base a un ajuste de los costos de operación, para equilibrar los gastos con una adecuada administración que esté respaldada por el compromiso de austeridad general, especialmente laboral.

Hay que tomar medidas urgentes, antes que la crisis complique las actividades que todavía pueden sostenerse si reciben un buen respaldo de fondos y seguridad para el desarrollo de sus tareas en minas, ingenios y metalúrgicas.

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