domingo, 7 de junio de 2015

Goni sigue viviendo de la minería

Gonzalo Daniel Sánchez de Lozada Bustamante cumplirá 85 años el próximo 1 de julio y ha dejado de ser amigo de las charlas académicas. Evita los actos públicos para eludir cualquier dolor de cabeza con activistas que le hagan recuerdo lo sucedido en su trunco último mandato en Bolivia, por los luctuosos hechos de septiembre y octubre de 2003. Eso sí, sigue siendo un rey de la minería en Estados Unidos.

Al ex gobernante nunca le fue mal en esta actividad. En Bolivia era el principal accionista de la Compañía Minera del Sur (Comsur); su paquete de títulos estaba valuado en $us 600 millones. Lejos del país continúa explorando en el negocio. Un botón de muestra: el 27 de abril de 2009 se supo que una empresa presidida por él se comprometió a invertir en un proyecto de óxidos de cobre en Chile, que le brindaba la posibilidad de tener una participación del 75% en las ganancias.

El magistrado suplente Milton Mendoza, quien fue parte de la comisión de fiscales que investigó los acontecimientos de septiembre y octubre de 2003, comenta que "se sabe que Sánchez de Lozada es uno de los hombres más ricos del mundo y actualmente sigue operando en el área minera". La última pista mediática del ex mandatario data de marzo de este año, cuando la revista especializada The Center Public Integrity develó que financia seminarios para la formación de jueces en el país del norte.

Lo hace a través de la compañía Petromina LLC que, según su página web, está en la capital Washington, a unos pasos de la parada del metro. La publicación revela que la misión de la firma es proporcionar "servicios de gestión y administración" y "de custodia a otras filiales en el extranjero".

Además, se encuentra involucrada en la "gestión del petróleo y de las operaciones mineras naturales energéticas en América del Sur".

Sánchez de Lozada ahora prefiere pasar desapercibido. Hicieron mella en él las protestas universitarias en su contra en suelo estadounidense. Tras su autoexilio, su tiempo estaba ligado a conferencias sobre asuntos políticos, económicos y sociales en Latinoamérica. Impartió charlas en Oregón, Filadelfia, Maryland y Miami. Pero hubo manifestantes que rompieron los controles de seguridad y le hicieron pasar malos ratos. Así sucedió el 6 de abril de 2008, en la Universidad de Harvard.

Su enclaustramiento es una decisión personal. Tras una década en el estado de Maryland, dejó de ser una estrella mediática y ya no es entrevistado por las cadenas CNN o BBC, como lo hizo durante sus primeros años en su segunda patria. Su familia igualmente está adaptada a su lugar de estadía; aunque, al principio, su esposa Ximena Iturralde tuvo que pasar clases de inglés. Washington es su distrito de residencia; allí se encuentra Chevy Chase, una urbanización de la clase alta donde Sánchez de Lozada disfruta de un campo de golf cercano. Una vida de lujo.



Senil

Lo único que no puede exorcizar es el pasado y hay gente que se encarga de traérselo al presente. Hace tiempo atrás pero en mayo un activista llegó hasta la casa del ex mandatario y le dejó un afiche que rezaba: "Boliviano fugitivo vive en la villa de Chevy Chase". El estadounidense grabó el recorrido hasta llegar a la puerta de la vivienda que tiene la casilla 5509 de la Center Street (calle Central) y colgó las imágenes en YouTube. En el video se nota un sapo pequeño en el ingreso, un amuleto para atraer buena suerte y dinero.

Pero dinero es lo que le sobra a Sánchez de Lozada. Y una fuente que era muy cercana al ex hombre fuerte del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que pidió reserva en su identidad, afirma que éste sufre problemas de salud, ha perdido su sentido del humor y "luce más senil". "Los años le han pasado factura y tampoco asiste a cenas o acontecimientos sociales como en sus primeros años en Estados Unidos.

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