martes, 9 de septiembre de 2014

Minería: Materia controversial para políticos

En realidad para los bolivianos el futuro del país debe estar ligado al uso de los recursos naturales no renovables, como los hidrocarburos y los minerales, se trata de una posición expresada por dirigentes de diversos sectores sindicales, pero también por algunos ejecutivos del sector empresarial, aunque con una diferente posición en lo que corresponde a la racionalidad en el uso de la riqueza natural que posee nuestra nación.

Como estamos en un proceso electoral y justamente en los próximos días se abrirá la posibilidad de que cada candidato haga conocer en detalle sus propuestas, un alto porcentaje ciudadano confía en que haciendo uso de la vigencia democrática, los líderes políticos puedan exponer libremente y sin ninguna restricción sus ideas y los planes que, en la alternativa de alcanzar la gobernabilidad, puedan desarrollarlos con visión de beneficio colectivo.

En este proceso previo y por declaraciones –parciales– de los candidatos se conoce una aproximación de sus intenciones especialmente en el rubro de la minería. El candidato oficial es el que a través de sus colaboradores plantea el desarrollo de megaproyectos minero metalúrgicos, con un incentivo especial hacia el 2025, cuando se prevé poner en marcha el verdadero proceso de la industrialización de nuestra materias primas, gas, el litio, el hierro y otros que pasarán necesariamente por los procesos de industrialización para aumentar su valor agregado.

Tres candidatos hablan coincidentemente de la necesidad de impulsar todos los procesos productivos, priorizando por supuesto los que tienen mayor incidencia en la economía de mercado y son base de las exportaciones nacionales, la referencia inequívoca tiene que ver con hidrocarburos y minerales; aunque no faltan buenas intenciones para fomentar la actividad manufacturera y generar planes especiales en materia de agro ganadería.

El candidato del Partido Verde es el que critica el "extractivismo" de nuestras materias primas y plantea la necesidad de diversificar la producción eliminando la dependencia de las materias primas tradicionales.

En esa línea programática de políticos y partidos frente a la ansiedad de la ciudadanía por conocer los programas electorales, de momento hay un par de posibilidades para que se cumpla un debate entre candidatos, no todos puesto que el oficialista ha rehuido tal posibilidad, pero se estima que los otros serán parte de esos eventos democráticos esclarecedores en materia de conocer los programas y alentar libremente el uso de lo que se define como el "voto informado".

Para la materia que nos ocupa, teniendo detalles de las cifras que tienen que ver con la explotación de recursos naturales, su incidencia en la economía general, las posibilidades reales de vida útil de yacimientos en uso y las perspectivas de nuevos hallazgos en materia petrolera para ampliar el tiempo de "goce" de las utilidades de su explotación, hay que pensar con mayor seriedad en el otro ítem estratégico que tiene que ver con la minería.

Y es que en la mira de los políticos se observan las dos posibilidades, petróleo y gas, por un lado y minerales que en el tiempo más breve se conviertan en lingotes de alta calidad para su exportación a mercados externos.

El otro paso, en la dimensión de un futuro progresista, tiene que ver en el fomento al sector industrializador de los lingotes de estaño, de plomo y plata, inclusive los de oro generando un factor que abrirá un campo diversificado de múltiples industrias, con miles de empleos seguros y sostenibles.

No falta el criterio de algunos analistas que mencionan el peligro de sólo exportar materias primas, inclusive las que tendrán en corto tiempo cierto valor agregado, pero que en los grandes centros industriales externos siguen siendo "materia prima mejorada", lo que no libera al país de esa dependencia de "exportadores primarios".



El gran reto

El asunto no está entonces en la visión "inmediatista" de los cinco candidatos políticos o sus eventuales asesores electoralistas, lo grave está en la ausencia de programas estratégicos de mediano y largo plazo para encarar la verdadera transformación de nuestra economía, utilizando nuestras riquezas naturales, primero, dándoles valor agregado luego y finalmente aprovechando nuestra propia "materia prima mejorada" para entrar en la industria múltiple, empezando por pequeñas y medianas unidades, para pasar progresivamente a la gran producción competitiva, que use los recursos naturales transformados y logre, tras un obligado proceso de transformación la independencia que se anhela para ya no depender de los recursos naturales no renovables, sino del producto de su transformación en materiales básicos de requerimiento en las nuevas factorías bolivianas.

Las cifras son elocuentes y los políticos deberían tomarlas en cuenta para establecer sus planes de acción. Según un informe del INE las exportaciones bolivianas en el primer semestre del año en curso superaron los 6 mil400 millones de dólares. De ese total, se asegura que el 83 % corresponde a minerales e hidrocarburos y la diferencia a productos no tradicionales.

No se puede pensar en un simple "golpe de timón" para cambiar nuestro modelo "extractivista primario", hay que pensar en un largo proceso de transformación, pero que debe comenzar ya, ojalá fuese con la decisión de los políticos y su compromiso de dirigir la nave del Estado por un cauce de responsabilidad y eficiencia administrativa para utilizar racionalmente la gran riqueza natural, que es propiedad de los más de 10 millones de bolivianos.

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