lunes, 3 de diciembre de 2012

La fiebre (ilícita) del oro en la frontera con Perú



Hace dos años el Gobierno, a través de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas y de las Fuerzas Armadas, intervino la explotación ilegal del oro en zonas auríferas del norte de La Paz, Santa Cruz, Pando y Beni. No obstante, la falta de logística impide que actualmente se implemente un control efectivo, que evite la salida del metal precioso a Perú y Brasil, especialmente.

Informe La Razón visitó la mayor feria de compra-venta del mineral en la frontera con Perú. En Chejepampa, en el municipio paceño de Pelechuco, el producto llevado por los cooperativistas bolivianos es adquirido por rescatistas del vecino país. El contrabando puede ser catalogado como “hormiga”, ya que se alimenta de gramo en gramo, cada viernes, de seis a nueve de la mañana. Una zona donde la inseguridad campea y que tiene en la mira a los trabajadores de los socavones, precisamente por el dinero y por el oro que trasladan en sus periplos.

El alegato para esta comercialización que no deja impuestos para las arcas del Estado, es que el Gobierno no instala una oficina para la compra del metal en la región; una cuenta pendiente de la Empresa Boliviana de Oro regentada por la Corporación Minera de Bolivia. No obstante, las pesquisas de Informe La Razón también revelaron que hay rescatistas bolivianos mayoristas que compran kilos y kilos del mineral en la ciudad de La Paz. Otro punto es la contaminación provocada por esta actividad que, según informes oficiales, está presente en 16 zonas del país. Y las cooperativas mineras tienen mucho que ver en ello: la mayoría aún no cuenta con licencia ambiental; como dato: sólo tres de 12 la han tramitado en Pelechuco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario