lunes, 16 de julio de 2012

La minería sin rumbo por falta de política sectorial

Está visto que nuestro pródigo territorio contiene importantes yacimientos de recursos naturales no renovables y que tienen que ser explotados para poder pasar en materia económica de una situación de alta dependencia a otra de autonomía productiva que nos permita encarar verdaderos planes del uso de tales recursos como los hidrocarburos, para decirlo mejor, el petróleo y el gas, por un lado, pero además los minerales que están en condiciones más favorables para su extracción y procesamiento.

A propósito de este rubro en las alternativas de orden general en el Gobierno se considera importante en el rubro minero avanzar hacia la industrialización de nuestros recursos, de modo que las ventas del futuro no sean de simples concentrados sino de productos con valor agregado y que son requeridos en los mercados industriales del mundo.

Pero…este negocio, como lo mencionaba un experto en minería no se trata de algo sencillo como "soplar botellas", es algo bastante complicado por las etapas que exige la implementación de plantes siderúrgicas que funcionen a plenitud y transformen nuestros minerales en productos de calidad exportable a precios competitivos en los mercados externos.

Una triste experiencia en este rubro nos muestra al elefante blanco de Karachipampa que desde la década de los 80 en que comenzó su armado no puede producir ni una tonelada de material fundido y las inversiones de aquel entonces a la fecha son millonarias y sin ningún rendimiento.

El caso Colquiri en la actualidad es justamente el producto de una reacción que mencionamos en otra parte de esta nota, cuando la necesidad de empleo empuja a las bases a buscar medios de subsistencia. En este caso, los cooperativistas mineros dijeron que "se acabó el mineral en los parajes que explotaban y por esa razón quieren ingresar a los que trabajan los asalariados" esa es la figura, con el aditamento que tiene su contenido político cuando además piden que se cancele el convenio con Sinchi Wayra y sea Comibol la que se encargue de las futuras operaciones.

Sin embargo, un alto ejecutivo que atiende las finanzas de la estatal minera señaló en los días suspensión de labores "el Estado ya estaba perdiendo 210 mil dólares", eso significa 30 mil dólares promedio por cada día de operaciones, suma que por supuesto aumentará significativamente y tiene relación directa con la pérdida de Comibol. ¿Cuánto está perdiendo la empresa extranjera? Es la otra cara de la medalla, para que juntando los perjuicios se pueda establecer el daño que de alguna manera afectará la economía de los trabajadores asalariados.

Una información (al cierre de la presente edición) señalaba la intención del Gobierno de nacionalizar Colquiri como solución al problema vigente. Esa posición estaría apoyada inicialmente por un sector de mineros asalariados, pero rechazada por otros que critican a la Comibol, que permite las acciones de presión de cooperativistas y utiliza el pretexto de nacionalización, vulnerando los derechos preconstituidos de empresarios y trabajadores, poniendo en riesgo la economía de la empresa y las fuentes de empleo. De todos modos, ya corre el rumor de que Colquiri acogería con la medida a por lo menos mil trabajadores, lo que significará un replanteo de todo el proyecto.

En ese trajín que se vive en el país lo cierto es que la minería está en vilo y esa delicada situación se debe a la falta de adecuadas y oportunas medidas que regulen sino la principal, la segunda actividad más importante del país por la generación de divisas, impuestos y regalías.

Es bastante tiempo que se espera la aprobación de una nueva ley minera, cuyo avance es lento y que en función de algunos participantes en el proceso de su elaboración, todavía se tardará "algunos meses más", mientras tanto se supone que el Código de Minería tendría que estar vigente como instrumento que regule la actividad minera, pues no es posible que tan delicada actividad esté a la deriva y se maneje tan sólo por medidas colaterales y/o coadyuvantes de circunstancias emergentes por la conflictividad que desatan las reacciones socio laborales en sub sectores de la minería nacional.

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