jueves, 17 de mayo de 2012

Las incongruencias de un proyecto para transformar el hierro en acero

Son muchos los comentarios, los entredichos, declaraciones y sus respectivas aclaraciones que se relacionan con el curso sinuoso del proyecto del Mutún en la zona oriental de nuestro país, donde se encuentra un gigante yacimiento de hierro que debía ser explotado inicialmente por la empresa hindú Jindal Steel & Power en una extensión del 50 por ciento de las reservas existentes en el portentoso cerro de hierro.

Comenzaron las tratativas y culminaron con la suscripción de un contrato en el que junto a la Jindal se incorpora una subsidiaria boliviana, en una sociedad interesante que, sin embargo, no alcanza su pleno objetivo por inconvenientes que se atribuyen entre socios, por una parte nuestras autoridades reclamando el cumplimiento de un cronograma de inversiones a la hindú y ésta a su vez exigiendo la entrega total de tierras saneadas para desarrollar el proyecto.

En el ínterin la ejecución de las boletas de garantía de la Jindal, por supuesto incumplimiento a desembolsos comprometidos, situación que a su vez genera una lógica reacción de los socios extranjeros que acuden a instancias legales "externas" para dilucidar lo que consideran como un atropello, el no justificarse el cobro de las boletas.

Transcurre el tiempo y la Jindal explica que necesita la dotación de gas, como se establece en el convenio de partes, para encarar el emplazamiento de la gigante siderúrgica del Mutún, en la que se transformará el hierro en acero para exportar ese millonario producto a las industrias internacionales.

Dotar gas a la Jindal no es cosa sencilla, es un proyecto de magnitud que obligará a la estatal YPFB replantear su programa energético para cubrir la demanda inicial de por lo menos diez millones de metros cúbicos de gas cada día (MMmcd), invirtiendo cuanto antes en exploración para desarrollar nuevos pozos y completar la operación con la habilitación de adecuada infraestructura para el trasporte del energético.

El presidente de YPFB demandó "certeza" a la Jindal, socia del Estado, para definir un plan coyuntural que permita aumentar la producción de gas, en base al cumplimiento de una serie de factores que exige la industria hidrocarburífera muy compleja en nuestro país, desde el punto de vista de satisfacer convenios de exportación en vigencia y aumentar la producción para satisfacer la demanda interna y especialmente la industrial que plantea la Jindal para cumplir con su parte en la consolidación de la siderúrgica del Mutún.

Medios

Resumen de las tareas entre Jindal y el Gobierno

Primero que nada reconocer que el proyecto del Mutún con la sociedad del Estado y la Jindal, atraviesa por una serie de dificultades que están concentradas especialmente en el cumplimiento recíproco de ciertas normas que tienen que ver con inversiones (de la Jindal) y dotación del gas (del Estado a través de YPFB) para que avance seriamente el proyecto global en el Mutún.

El Estado ha ejecutado ya dos boletas a la Jindal por un valor de 18 millones de dólares, sucedió el 2010 y podría repetirse la operación con otra boleta justamente en el presente mes de abril, por la misma motivación de no invertir lo comprometido, aunque los ejecutivos de la Jindal aseguran que sus desembolsos sobrepasaron los 600 millones de dólares hasta el presente mes, por tanto no debería hablarse de ejecutar otra boleta, máxime si aún no hay ninguna seguridad de la dotación requerida de gas para el emprendimiento.

El asunto no es tan simple, según el ejecutivo de YPFB este requerimiento demandaría una inversión de mil millones de dólares, una suma "abismal" para la petrolera estatal en las actuales condiciones de su desempeño para cubrir las obligaciones de exportación y la demanda nacional.

Hay expertos que señalan la existencia de incongruencias en este denso proceso de cumplir el contrato Jindal – Estado, especialmente por la falta de "certeza" en las decisiones de ambos sectores, tomando en cuenta además que el Estado boliviano abrió ya un frente de competencia en la otra mitad del yacimiento e inclusive el actual Ministro de Minería se permitió advertir que (si la Jindal) no cumple puede retirarse, lo que significaría otro perjuicio en los planes de encarar la megaminería nacional.

El proyecto es importante para el país, las incertidumbres deben convertirse en aciertos programáticos para alcanzar objetivos de gran escala.

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