domingo, 8 de enero de 2012

Estas minas tienen vida y parece que nos quieren decir algo

La magia telúrica de los Andes sin lugar a dudas es en sí misma un atractivo turístico único que tiene Oruro, pero que no está siendo aprovechado de la forma adecuada, pues a pocos minutos de viaje incluso caminata hacia las serranías que bordean la ciudad, nos encontramos con encantadores panoramas que la naturaleza nos ofrece.

Uno de estos encantos son los parajes mineros, aquellos lugares sobre los cuales, por lo general, se escriben tristes y "oscuras" historias, pero, son el mayor valor agregado que los orureños podemos incluir en las visitas turísticas a 3.606 metros sobre el nivel del mar. ¿Cuántos turistas se emocionarán con la idea de pasear por éstos parajes?

Nomás el llegar al ingreso de éstos socavones se producen sensaciones encontradas, pues por un lado está la incógnita de conocer qué tesoros se esconden en las entrañas de la tierra y de otro lado la duda: ¿aguantaré caminando ahí dentro?

EXPEDICIÓN

Para salir de las dudas es mejor emprender la expedición y venciendo el temor comenzar a caminar, con la sola compañía de una linterna y un casco para proteger la cabeza. Paso a paso, conforme uno se aleja del punto de entrada la oscuridad es mayor, pero la vista se va acostumbrando.

Aumenta la oscuridad, se siente el fuerte olor del azufre y la copajira, pero a la vez crece la curiosidad por conocer los secretos de los socavones, aquellos bondadosos parajes que entregan el mineral de sus entrañas a esos valerosos hombres que desde la profundidad y labrando las rocas se ocupan de extraer la riqueza para generar divisas en el erario nacional.

Es recomendable ingresar a los socavones mineros con botas, aquellas que se denominan "de trabajo" u "obreras", pues la humedad en el suelo hace que paso a paso los zapatos se llenen de un barro amarillento y oloroso, características de la copajira.

Con todo, el desafío es interesante, a cada paso se descubre un nuevo manjar visual. Lo primero que llama la atención es el brillo de las vetas de mineral que parecen dar la bienvenida a los visitantes. El agrado se completa viendo las estalactitas, que nacen en los techos del paraje, cada una diferente a la otra y con caprichosas formas, únicas y exclusivas. Lo mejor es no atentar contra este regalo que la naturaleza ofrece a la vista, pues por su fragilidad a un simple toque se destrozan.

Las estalactitas miden hasta 30 centímetros de longitud, algunas son bastante granuladas, entretanto que otras formaciones se presentan como una especie de cascarones de huevo, todas las estalactitas, delicadas como su nombre.

INVESTIGACIÓN

El investigador Miguel Salas Aguilar, es uno de esos personajes atraídos por la riqueza de la historia de su natal Oruro y afirma: "Estas minas tienen vida y parece que nos quieren decir algo", para describir así los encantos de los socavones mineros.

Sin revelar de qué socavones se trata, Salas es un constante visitante de estos lugares a los que llega incluso solo o con amigos para seguir descubriendo los atractivos que se forjan en interior mina, donde se pueden capturar fotografías impresionantes, particularmente pintadas de blanco y amarillo, "como leche que fluye del mineral mezclada con el encendido amarillo del azufre, como mensaje del Tío sobre su soberanía en las cavernas mineras".

LA PATRIA acompañó una de las expediciones de Salas, y realmente faltan palabras para describir el atractivo panorama de interior mina.

Hasta el día de dicha expedición, Salas aseguraba que en el par de incursiones a éstas galerías que se bifurcan en una infinidad de parajes, no encontró ninguna estatua o estatuilla que podría ser identificada como el "Tío de la Mina", pero irrumpiendo en otros espacios halló tres estatuillas de arcilla, cuya data se desconoce, y en una especie de "pacto" con éstas deidades decidió no revelar el lugar donde pueden ser encontradas para así protegerlas de los saqueadores de reliquias.

Sin embargo, se pudo advertir que existen personas que rinden culto a estas estatuillas que Salas presume se trata de versiones pequeñas del "Tío de la Mina", pues en los alrededores del espacio ritual existen restos de coca y cigarrillo, los espacios diseñados en ellas para simular la boca, están ahumados, además que se encontró varias botellas vacías de bebidas alcohólicas.

Tras la expedición, Salas comentó que estos espacios en las serranías que se constituyen en guardianes de la ciudad, con facilidad y sólo un poco de creatividad, pero ante todo voluntad de las autoridades se pueden convertir en parte del circuito turístico que Oruro podría ofrecer a los visitantes.

Entretanto las autoridades asuman la decisión de fortalecer la oferta turística, Miguel Salas, considera que esta riqueza se debe mantener casi virgen y protegida en el anonimato frente a la codicia de otros "investigadores" que a título de "investigación" se dedican al saqueo de los bienes colectivos de Oruro

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