sábado, 1 de octubre de 2011

Preocupación por abrupta caída en el precio de varios minerales

Los problemas que afectan las transacciones financieras de las grandes potencias tienen repercusiones directas en las economías en desarrollo de países como el nuestro, con un factor altamente sensible a las variaciones en los mercados internacionales donde se comercializan nuestras materias primas

Los registros que hasta hace diez días atrás se presentaban con muy buenos índices en las pizarras internacionales, especialmente en el London Metal Exchange (LME), repentinamente y en cuestión de 48 horas colocaron nuestros minerales en la franja roja de equilibrio productivo, especialmente el estaño que se mantuvo en cifras optimistas cerca a los 11 dólares la libra fina (LF) estuvo oscilando en algo más de 10 dólares considerando aceptable ese parámetro en función de los niveles del costo de operaciones, sin embargo de manera abrupta al cierre de la semana pasada descendió hasta 8,66 $us. la LF, lo que realmente preocupa, considerando que un precio de equilibrio – según opinión de algunos técnicos en Huanuni - sería de 8,50 la libra fina, posición que tiene alguna resistencia entre expertos en minería que señalan un precio admisible no menor de los 10 dólares por LF.

En todo caso el desplome de los precios, afectando principalmente al estaño, coloca a la minería estatal en una verdadera incertidumbre, considerando que la mina más importante es la de Huanuni y justamente la que tiene la mayor cantidad de trabajadores, sobre los cinco mil en un total que incluye al personal de administración.

En el caso de las cooperativas mineras, bajo otras condiciones de operación, se menciona que el precio tope de rendimiento operativo sería de 8,00 $us la libra fina, bajo ese valor los mineros cooperativistas se verían obligados a buscar alternativas que les permita mantener actividades explotando otros minerales, lo contrario significaría pensar en otra dura etapa como la que se presentó con la relocalización de miles de mineros.

Está claro que la minería estatal de manera directa y la cooperativizada a través de gestiones especiales, acudirán al Gobierno para obtener un apoyo que les permita enfrentar la crisis, aunque se entiende que cualquier posición de apoyo o subvención no puede ser de larga duración por los efectos dañinos que alterarían la economía nacional.

El caso del estaño se presenta con características realmente alarmantes pues no sólo hay que considerar el sostenimiento de cinco mil trabajadores en la mina de Huanuni, la más importante productora de estaño, sino que además cualquier efecto que altere los índices de producción refluirá en la producción de la Metalúrgica de Vinto, la fundición que se nutre principalmente con los concentrados de estaño de Huanuni y que precisamente hasta fin de año debe poner en marcha un gigante horno para aumentar su producción, proyecto que sufriría un grave desfase si disminuye la producción de estaño y su precio no cubre sus costos de operación.

ALTERNATIVAS

Aunque los efectos de la crisis mundial pueden tener efectos persistentes en la comercialización de los minerales, particularmente del estaño, no se descarta que también otros minerales sufran ese impacto, caso del oro y la plata, en tanto que el zinc, plomo, cobre, tendrán variantes poco significativas en sus valores de venta y naturalmente de producción.

Frente a esas condiciones vale la pena pensar en operativizar planes alternos que hagan frente a la crisis coyuntural. Por ejemplo en el caso de Huanuni se habló ya de aumentar la productividad para compensar la crisis de precios, inclusive los mineros del principal distrito estatal mencionaron la posibilidad de producir plata, para lo que se deberá invertir en mejoras técnicas que harían posible mantener el ritmo laboral de esa mina.

Los cooperativistas por su parte debían estudiar varias alternativas, entre esas incrementar las horas de trabajo para aumentar la producción y compensar los precios bajos, pero por supuesto el hecho implica mayor sacrificio y menor rentabilidad efectiva.

No se descarta la exigencia inmediata para que desde el Gobierno se ponga en funcionamiento el Fondo Nacional de Compensación (Fodeco), dependiente del Ministerio de Minería y cuyo objeto debe ser el de implementar planes de contingencia en coyunturas de precios desfavorables de minerales y metales en el mercado internacional. Sólo que en este caso todavía no funciona el Fodeco porque su capital de operaciones no ha sido definido y dependerá de normativas muy claras para que sirva a la minería en general y no sólo a sectores especiales.

Hay la esperanza de que la crisis financiera que persiste en EE.UU. y afecta parte de Europa pueda encontrar un camino de recuperación, especialmente por la presión asiática que no detiene su ritmo industrial y sigue requiriendo materias primas, aunque confrontando la contingencia del control de precios que ejerce el país del norte.

En el caso boliviano, como refiere el dicho popular, "ya no vale la pena llorar sobre la leche derramada", pero otra podía ser la situación si en el largo periodo de precios altos se hubiesen adoptado medidas preventivas, de ahorro y de contingencia. No se hizo nada y aún en el presente no hay políticas claras para contrarrestar los efectos de la crisis de precios.

Algo que debería preocupar a las autoridades de la minería nacional es definir la nueva política sectorial, pero definiendo un conjunto de normas que permita captar inversiones, garantizar las mismas con seguridad jurídica apropiada, establecer un sistema tributario objetivo y realista, competitivo con relación a los que rigen en países vecinos y coherente en el objetivo de cuidar el buen uso de nuestros recursos naturales no renovables.


No hay comentarios:

Publicar un comentario