miércoles, 14 de septiembre de 2011

Una tendencia circunstancial

Lo han explicado los expertos en minería calificando la etapa que atravesamos en la actualidad, como un "fenómeno o tendencia circunstancial" que ojalá no se prolongue más allá de límites previsibles y que nos permita rescatar las condiciones favorables de un proceso de recuperación en precios y producción para completar planes importantes que están pendientes y comenzar otros calificados a nivel externo como mega proyectos, el caso del hierro en el Mutún o el litio en Uyuni y Coipasa.

Los efectos tangibles, pragmáticos, reales y oficiales con relación a beneficios generados por la minería se ratifican con los datos que emite el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) al señalar que las recaudaciones más importantes corresponden a los rubros de hidrocarburos aportados por la estatal YPFB y a los producidos por cuatro empresas mineras privadas y una estatal en materia de minería.

Los registros numéricos son muy claros en la relación de recaudaciones del primer semestre de la presente gestión. Las empresas de mayor contribución al fisco luego de YPFB son las mineras, entre las que se cuentan San Cristóbal, San Vicente, San Bartolomé en el caso de Potosí, Huanuni en Oruro y otra privada más que aportaron con casi 600 millones de bolivianos, lo que significa un incremento mayor al 200 por ciento con relación a igual periodo del año 2010, cuando la recaudación no llegó siquiera a los 175 millones de Bs. esto muestra el valor económico de la minería de manera contundente, por lo que merece especial atención en su tratamiento generador y multiplicador de divisas y utilidades.

Lo único evidente es que tanto las actividades petroleras y principalmente el gas, junto a la minería constituyen las fuentes de ingresos formales para el Estado boliviano y se originan justamente en los tributos que pagan tanto la estatal petrolera YPFB, como las empresas mineras privadas y las del Estado en función a los volúmenes de producción y de exportación, por tanto por encima de otros rubros los dos mencionados son la base de la economía nacional.

Fenómenos interesantes como un excelente nivel de precios de las materias en los mercados internacionales, por lo menos en el último trimestre del año pasado y el primer semestre del presente, han tenido una influencia muy fuerte en las recaudaciones impositivas en esos rubros –gas y minería– permitiendo a la entidad recaudadora de tributos acumular buenos aportes hasta que se presenta desde comienzo del segundo semestre 2011 una caída de precios en varios minerales, como el estaño, zinc, el plomo y el cobre que producen un desfase en el ritmo de las percepciones económicas. El único mineral que se mantuvo en ascenso y con buen repunte fue el oro, cuya cotización en los últimos meses fluctuaba entre los 1.600 a 1.700 $us., la onza troy del metal dorado y que actualmente pasó el límite de 1.800 $us. la O.T.

Ahora bien lo que hay que establecer es que si bien el problema de precios para nuestros minerales se presenta como un hecho temporal y circunstancial, lo que no debe dejarse como otro factor de la coyuntura es la obligatoriedad de crear mecanismos que respalden en su tiempo a los productores mineros cuando el vaivén de las cotizaciones ponga en riesgo el costo/producción.

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