viernes, 7 de enero de 2011

La minería siempre fue un negocio de riesgo

Desde los albores de la extracción del preciado argento en las minas de la región Uru y avanzando en el tiempo con la presencia de nativos y extranjeros se consolidó un proceso minero que en sus primeros tiempos fue un gran negocio, pero igualmente de riesgosos resultados.

Desde aquellos tiempos inmemorables, por supuesto que se han producido cambios sustanciales en materia de explotación minera, se han presentado en diferentes periodos alternativas más favorables para desarrollar proyectos mineros aunque la lógica del proceso, siempre antepuso un riesgo al dedicar tiempo, capital y esfuerzo con la esperanza de encontrar el preciado metal que compense todo un cúmulo de sacrificios.

Parte de ese proceso inicial, en su fase de realización persiste hasta nuestros días, especialmente si se trata de algunos sectores de la minería que no pueden alcanzar a fuertes inversiones que pueden minimizar los riesgos, pero posiblemente sin acortar el tiempo de preparación de cualquier proyecto minero que en todo caso exige paciencia y perseverancia.

Actualmente y ya en el tiempo de las exploraciones satelitales, los yacimientos mineros son detectados desde el aire, pero aún con esa ventaja, siempre habrá que definir el potencial de cada yacimiento, etapa que a su vez determinará el tipo de explotación que debe planificarse y el costo de la operación, todo un proceso que significa tiempo y gastos, mucho antes de lograr los beneficios que están ya insertos en los cálculos de cada operación. Antes era incierta tal recuperación, pues después del milagro del Cerro Rico, donde brotó la plata a flor de tierra, gracias al encendido de una fogata…ahora hay que trabajar con mucho esfuerzo para llegar a la veta mineralizada.

Pero no se trata sólo de explorar, invertir y sacar ganancias, no…la minería es toda una suerte de hechos que pueden o no darse favorablemente en tiempo y espacio definidos, de ahí que los riesgos siempre serán parte de la actividad minera, aún con grandes inversiones y desarrollo de tecnología de punta.

Han cambiado esos riesgos y ahora se presentan por ejemplo como factores adversos por falta de seguridad jurídica, no hay suficientes garantías para dar respaldo sin problemas a capitalistas y expertos, por tanto, de manera particular en nuestra Nación se hace necesaria una ley normativa y de apoyo a la actividad minera, para ingresar en el plano de la competitividad internacional y sumar inversiones que más tarde se convertirán en divisas y regalías.

Sin embargo, es mejor decirlo cuando corresponde…y no después. En el caso nuestro, hay que revisar la estrategia minera, admitiendo que ya en el pasado se hicieron millonarias inversiones que no han dado hasta el presente ni un solo centavo de utilidad, absorbiendo contrariamente los escasos recursos del Estado, de la Comibol y hasta de las regiones. Un ejemplo de ese tipo de inversiones sin norte fijo está en la planta de Karachipampa que hasta hace un mes atrás parecía que podía empezar a mover su millonario equipo pesado, sin embargo todavía no será posible alcanzar esa meta productiva, porque también falló el cálculo de inversión, la recuperación de materia prima y el procesamiento de las mismas en condiciones rentables. Está visto que todo proceso de minería, demora grandemente, a lo que se suman las dificultades propias de un país en que todavía no se ha definido el lineamiento de sustento para impulsar no sólo la minería sino también la metalurgia y la siderurgia.

Y en el plano concretamente práctico, están marcadas algunas dudas que son resultado de las fallas estructurales de la propia actividad, por ejemplo el caso de los complejos de La Palca y Karachipampa, el caso del litio que por factores cívico – políticos no comenzó – hace años – en los buenos tiempos y que para arrancar en el presente necesita definiciones muy serias para establecer el tipo de sociedad con algunas de las grandes industrias interesadas en el litio.

Lo del Mutún parecía el ejemplo de una sociedad modelo estratégicamente estructurada y resulta que en menos de lo previsto, surgieron desacuerdos por el incumplimiento recíproco de las partes, que dio lugar a un arreglo que ya no tiene la fuerza del primero y que inclusive abrió la posibilidad al Estado de competir con la Jindal, en la mitad del cerro de hierro.

Las cosas se dan de ese modo y para hablar de nuevos proyectos, hay que superar todavía algunos escollos, por ejemplo los de seguridad jurídica, las garantías a inversiones, la construcción de caminos, dotación de energía eléctrica o extensión de ductos de gas, incentivos tributarios y una suerte de medidas que hagan posible desarrollar proyectos mineros con la perspectiva de obtener beneficios, en un esquema de equidad, de manera que todos resulten beneficiarios, del uso racional de los recursos naturales, su explotación, transformación, industrialización y exportación, todo un ciclo productivo de alta rentabilidad, si se cumplen los pasos necesarios para su concreción.

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