martes, 17 de agosto de 2010

ENFOQUE: TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA

Cuando se habla de proyectos de minería lo primero que hay que definir es que junto a un adecuado financiamiento se disponga también la transferencia de tecnología de punta, considerando que los inversionistas están en condiciones de hacerlo y más aún si se convierten en parte de los proyectos esbozados, por ejemplo en nuestro país donde se optó por los convenios de riesgo compartido que son ya parte de una “constante legal” para acometer nuevos emprendimientos.

Aunque todavía se adolece de la “nueva Ley Minera” que sustituirá el vigente Código de Minería hay un adelanto mínimo en la consideración de algunas propuestas internacionales que por su significativo valor no pueden ni deben ser descartadas.

Después de muchos años de incertidumbre, de épocas realmente duras para la actividad minera el país está viviendo un periodo de gracia, que significa gozar del uso de sus recursos naturales en la mejor perspectiva, comenzando por reconocer que las inversiones extranjeras son ineludibles para encarar el emplazamiento de estructura que no es sólo equipo y herramienta de minería, sino también infraestructura caminera, de salud, educación y hasta la construcción de villas sociales para mejorar la vida de habitantes en el entorno de las grandes operaciones mineras.

Lo que no se quiere reconocer en el orden interno es que carecemos de cierta experiencia en la nueva minería, sin ir muy lejos el caso del Mutún, y por supuesto la situación del litio. Tenemos profesionales capacitados, inclusive algunos que han diseñado un esquema moderno y práctico para explotar las salmueras de nuestros salares… pero tales avances se quedan sólo en la dimensión de proyectos por la falta de tecnología y de recursos financieros para su emprendimiento.

Conociendo la principal limitación para realizar grandes proyectos no se explica la demora de nuestras autoridades gubernamentales y especialmente de las áreas de minería y metalurgia y de los recursos evaporíticos para definir un convenio --que sea el mejor-- con algún proponente interesado en la explotación del litio y su industrialización, antes que el interés disminuya o simplemente se liquide sabiendo que litio y posibilidades de industrializarlo existen en el presente… “a la vuelta de la esquina”.Puede existir una traba en negociaciones estratégicas, por ejemplo la condición gubernamental de que la tecnología que se nos pueda transferir esté en directa relación con el respeto a “La madre tierra”, lo que significa una posibilidad de adecuación especial de los proponentes a un esquema de respeto con el medio ambiente y con las restricciones oficiales sobre esa materia.

El proyecto de la Bolloré de Francia, según se explicó, compatibiliza con ese criterio tradicional boliviano y podría ser el más próximo a cumplir condiciones del Estado nacional, sólo que los franceses quieren explotar litio en Uyuni, pero plantean su industrialización (fabricación de baterías) en su país.

En todo caso lo que se espera son políticas concretas para encarar el proyecto del litio en los salares bolivianos. La demora en asumir responsabilidades nos muestra una falencia profesional a nivel oficial que se comprueba en la tardanza para arrancar con la explotación de los recursos evaporíticos.

Sería triste que el nuevo descubrimiento de litio y oro en Afganistán desplace a nuestro país de ese rango que todavía ostenta como potencia de litio en el mundo. Buscar pretextos para no encarar el proyecto nacional y señalar que el nuevo reservorio (Afganistán) tardará por lo menos 10 años en habilitarse para su explotación no es justificativo para seguir tan tranquilos como si nada pasara, mientras realmente pasa que…podemos perder posiciones en tan importante negocio que está sumamente atrasado en la visión nacional.

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