lunes, 8 de marzo de 2010

Falta legalizar el reconocimiento.- ORURO SIEMPRE FUE LA CAPITAL METALURGICA DE BOLIVIA.-


Antes de la creación de la Empresa Nacional de Fundiciones (Enaf) en 1971 (hace 39 años) ya existían operaciones metalúrgicas gracias al impulso de visionarios empresarios privados que comenzaron a procesar los concentrados de estaño que se producían en muchas minas de la región, todas privadas.

El proceso de fundir metales fue obra de un destacado empresario, Mariano Peró Aramayo que incursionó por supuesto con la tecnología de la década de los años 30, superando sus tareas diez años después cuando se consolidó la conocida Fundición de Estaño Oruro (Funestaño), cuyo centro de operaciones se ubicaba en el extremo Sur de la ciudad, donde permaneció hasta hace algunos años atrás cuando se dispuso su traslado a la zona de Huajara donde sigue funcionando bajo la razón social de Operaciones Metalúrgicas S.A. (Omsa), fundición en la que realmente se obtiene un producto del 99.99 por ciento de pureza y calidad en lingotes de estaño. Esta empresa tiene más de 70 años de vida, lo que marca en Oruro la condición de distrito pionero en la actividad metalúrgica.

Si bien a Oruro se le otorgaron títulos rimbombantes como los del Centro Ferroviario de Bolivia, con justificada razón, o el de capital industrial como fue en otros tiempos, el que se apuntó de manera legal fue el de Capital del Folklore de Bolivia, reconociendo el valor de su fabuloso carnaval, sus tradiciones y devoción de miles de orureños que quiérase o no fueron también parte de la etapa más importante de la economía regional con una minería pujante y una fundición activa que no detuvo su marcha en ninguna circunstancia. Merecía por tanto el título de capital metalúrgica de Bolivia, derecho implícito por los datos que se recuerdan y marcan la actividad de la fundición en Oruro.

Los hechos políticos y las decisiones gubernamentales del Gobierno de comienzos de la década de los 70 da paso a la creación de la Empresa Nacional de Fundiciones que resulta la segunda en el orden regular de este tipo de empresas, por supuesto con pleno respaldo oficial, gracias a un importante financiamiento externo y naturalmente son la función específica de transformar en lingotes los concentrados producidos en las minas estatales e incluso algunos centros privados.

En casi 40 años de vigencia institucional la fundición de Vinto, como es conocida en el ámbito regional, ha pasado por etapas de auge marcando más de un récord en producción y calidad, pero también soportó variables negativas por falta de adecuación tecnológica apropiada o por mala administración con fuerte injerencia política. Como en cualquier empresa estatal algunos planes estuvieron bajo influencia directa del gobierno de turno.

No faltaron planes para ampliar sus operaciones, recursos financieros son los que faltaron así como decisiones y voluntad política para consolidar los planes de ampliación de sus operaciones. Hubo muchas ofertas, varias que se descartaron por costos o falta de seguridad para su implementación, no estuvo ausente la duda política o la presión social como parte de ingredientes propios de épocas en las que se privilegiaron los beneficios sectarios y no los que debieron ser parte formal del crecimiento real de la fundición de Vinto – Oruro.



PERSPECTIVA METALURGICA

En la actualidad el titular de la cartera de Minería anunció que la Metalúrgica de Oruro, tradicional fundidora de estaño, se convertirá en una fundidora poli metalúrgica que tratará minerales de zinc, plata, plomo, y más adelante metales preciosos como el cadmio, indio y oro. El proyecto está contemplado en el plan a desarrollarse en el nuevo quinquenio y aprovechando un crédito del propio gobierno consistente en 25 millones de dólares. El horno Ausmelt será la alternativa del crecimiento inmediato en la Fundición de Vinto.

Vale la pena aclarar un criterio que consideramos fue un lapsus o simplemente una errónea interpretación periodística y es que la E.M.V. “dejará de ser una fundidora - sólo - de estaño” para pasar a la etapa poli metalúrgica una vez que se consolide la nueva infraestructura y se adecue la tecnología apropiada para el interesante emprendimiento.

Oruro ha sido y seguirá siendo el centro metalúrgico de Bolivia, esperándose que a iniciativa quizás de las autoridades del ramo y la brigada parlamentaria en función oficial se tramite el reconocimiento de años que Oruro merece por ser distrito pionero en la fundición de minerales. Ni duda cabe.

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