domingo, 4 de octubre de 2009

IMPORTANCIA DEL LITIO LLEGA A LA POLITICA

Justamente porque las posibilidades de explotación del litio han pasado las fronteras del país y su importancia ha creado expectativas indisimuladas entre potenciales inversionistas extranjeros, no podía excluirse tan especial motivo de preocupación de la agenda de los políticos en carrera electoral.



Si bien el asunto fue inicialmente manejado por el candidato Jorge Quiroga, a la vuelta de la esquina el Presidente Morales salió con el mismo tema para una promoción inusitada de la importancia en las reservas del estratégico mineral para la fabricación con litio de las pilas o baterías de energía automotriz.



El hecho de que empresas de gran capacidad en la industria automovilística del mundo registren en su agenda un país sudamericano que tiene la mayor reserva de litio a nivel mundial, representa una responsabilidad particular para el tratamiento del tema, especialmente si se trata de atraer inversiones, dar las seguridades legales exigibles pero paralelamente sin abrir falsas expectativas.



Se trata de mostrar al exterior la seguridad plena de ingresar en la presente ocasión a una etapa verdaderamente seria en la explotación de las salmueras de los salares bolivianos para extraer en una primera fase carbonato de litio, operación que corresponderá exclusivamente al Estado Boliviano, para que en la etapa siguiente pueda ser una sociedad con la mejor propuesta que decida la industrialización de la materia prima del salar hasta llegar a la producción de las ansiadas pilas y baterías de litio.



El coyuntural proceso electoral no debe ser utilizado como una bandera que tenga el litio como símbolo, el asunto tiene connotaciones especiales que no son del momento actual. El litio yace en la extensa explanada de los salares bolivianos y siempre ha sido motivo de interés dentro y fuera del país porque se trata de una riqueza dormida que debe ser explotada para generar recursos que impulsen el progreso boliviano.



No hay que olvidar que algunos problemas “internos” suscitados al comenzar la década de los 90 impidieron que se comience con el proceso de explotación del litio, dejando que tal riqueza continúe sólo como elemento escondido y sin un proyecto serio que impulse su tratamiento.



La necesidad de contar con esa riqueza en uso práctico ha motivado el interés de los industriales internacionales, situación que ha obligado simultáneamente a las autoridades de gobierno asumir la responsabilidad de su explotación, pero bajo ciertas condiciones que se marcan como imprescindibles.



Lo que corresponde no es precisamente dilatar la aplicación de una normativa con las condiciones más viables para establecer un convenio de tipo societario con el país o la empresa que ofrezca las mejores condiciones para implementar la gran industria del litio en el mismo, hace falta que se decida una política sectorial expresamente diseñada para entrar en el gigante programa de explotación e industrialización del litio, más allá de la política electoral que como ya sabemos los bolivianos sólo sirven para pintar un dibujo libre de poca calidad práctica y artística.

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