domingo, 11 de octubre de 2009

Complejo problema en el ya intrincado caso del Mutún

No se sale de un problema y ya se entra en otro lamentablemente con serios daños a la imagen del país, cuando se necesita mostrar una serie de proyectos dirigidos al desarrollo sostenible de la comunidad en condiciones de dignidad y sobre todo sin dependencia.

De ahí que el uso o mejor la explotación de nuestros ingentes recursos naturales representa la mejor y mayor perspectiva para alcanzar ese objetivo tan anhelado y esperado en nuestra Nación. Hablamos demasiado de la dependencia a que estamos sometidos y muy poco del paternalismo que nos humilla a título de “ayudas benéficas”, cuando el poder que tenemos en nuestro rico territorio podría liberarnos si lo utilizáramos adecuadamente y pronto.

Es el caso del Mutún, una riqueza dormida muchísimo tiempo por falta de políticas actualizadas y agresivas para emprender su explotación y como se pretende en el futuro su industrialización con la producción de hierro y acero.

El Estado no ha podido enfrentar el reto financiero que significa encarar un proyecto millonario que no sólo implica el uso de cierto equipo y contratación de algún personal, el Mutún obliga a fuerte inversión para encarar el proceso de su explotación acudiendo naturalmente a la inversión extranjera, como ha sucedido con la empresa india Jindal Steel & Power dispuesta a una millonaria inversión que debe cumplirse paulatinamente, mientras el Gobierno debería sanear algunos aspectos como la dotación de tierras que exigen los hindúes para desarrollar su proyecto, caso que lamentablemente no se ha cumplido en la medida de las proyecciones oficiales.

Por lo menos eso se desprende de los últimos hechos detectados con una supuesta compra y venta de 18 predios con un sobreprecio millonario. Primero que el Ejecutivo, aprueba el 18 de abril pasado Decreto Supremo 085 que avala la recuperación de tierras (18 predios) con un desembolso o pago de 2,16 millones de dólares . Alvaro Garcia Linera y los ministros firmaron el D.S. que debió ejecutar la Comibol a través de las instancias legales, es decir con la participación del Presidente de la ya conformada Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM)

Así se dieron pasos importantes en el avance del proyecto hasta que… no se sabe si fue una mano o una negra lengua que desataron las dudas sobre la legalidad de la operación de compra y venta de tierras. El ejecutivo de la ESM fue observado por dirigentes cívicos orientales, el Presidente Evo Morales ordenó una investigación sobre el asunto y cuando menos se pensaba se destituyó al principal funcionario de la parte boliviana en el proyecto del Mutún y saltó el problema.

El caso es que Guillermo Dalence, ex ministro de minería y ex presidente de la ESM, se defendido señalando que “el gobierno autorizó la compra de tierras del Mutún con sobreprecio”, además dijo claramente que “el Presidente y Comibol conocían el sobreprecio en la compra de terrenos del Mutún”, posiblemente esa decidida aclaración lo salvó de una detención obligada para hacer compañía al ex ejecutivo de YPFB, sin embargo está bajo arraigo y la investigación sobre el tema continuará con todo rigor. Un viceministro conocido por ser el encargado de “limpiar la cara oficial” se lavó las manos y culpó del presunto negociado al ejecutivo de la ESM y a la Comibol, mientras que el ministro de defensa puso en duda el caso del sobreprecio señalando que “el valor catastral de las hectáreas en zona minera se convierte automáticamente en valor comercial”. Sugiere que la fiscalía aclare el asunto. Por su parte el ministro de minería, que según Dalence también conocía detalles de la operación, se limitó a ordenar una auditoria interna en la ESM.

Por supuesto que surgirán otros elementos sobre este delicado problema que debería ser aclarado convenientemente para evitar el deterioro de la imagen nacional. Hay que devolver seguridad a las inversiones y al manejo de los recursos que de tales operaciones provienen para la explotación de nuestros importantes recursos naturales no renovables. (Agencia Uru).

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