miércoles, 19 de agosto de 2009

No se puede permitir cercenamiento del territorio orureño

ENFOQUE

Voces de alerta y la obligación ciudadana de asumir defensa del territorio de nuestro departamento deberían ser actitudes inmediatas ante la pasividad de las autoridades en torno a un virtual cercenamiento de nuestra superficie departamental, gracias a un trabajo incompleto e irregular del Instituto Geográfico Militar que inclusive autorizó la edición de mapas totalmente distorsionados de Oruro en los que se elimina más de dos mil kilómetros cuadrados.
El tema que consigna la alteración de los límites departamentales en perjuicio de Oruro favorecerían a Potosí, La Paz y Cochabamba en una suerte de alegre distribución que liquida gran parte de nuestros yacimientos mineros, por lo menos eso es lo que nos interesa en este reclamo.
El estudio de un destacado profesional orureño refiere datos sobre el cercenamiento de importantes yacimientos mineros, tales como los de oro y cobre en proximidades de La Joya que están muy cerca de Eucaliptus en el limite con La Paz; lo que ocurre en el límite con Cochabamba también tiene su interés minero, basta recordar el avasallamiento por comunarios del lado valluno a la mina Santa María donde hay una disputa con pobladores de Huaylluma de la provincia Bolívar del hermano departamento que ocuparon la concesión de la empresa Comicen, pero no es todo, otra supuesta modificación territorial afecta nuestra frontera en la jurisdicción potosina, inclusive tomando en cuenta los yacimientos de uranio, mineral estratégico que se explotará en gran escala y que ahora está dividido según el mapa irregular que nos privaría de obtener además piedra caliza, baritina e inclusive litio.
A propósito del litio increíblemente también se mutila nuestro territorio en la zona de los salares, el de Uyuni en Potosí y el de Coipasa en Oruro, registrando una lamentable omisión totalmente perjudicial para el interés orureño.
Esas son algunas de las apreciaciones que se observan en los mapas que se encuentran en circulación y cuya prohibición debería aplicarse por orden de autoridades competentes, disponiendo además una ejemplarizadora sanción a los autores de un trabajo que no cumple el reconocimiento de limites que fueron establecidos hace muchos años y que ahora aparecen alterados por un trabajo sin explicación del IGM.
Si bien estas distorsiones se hallan impresas en mapas mal elaborados y que aún no han sido retirados de circulación, como se exigió a las autoridades locales, el asunto puede servir para que los hermanos vecinos asuman que de algún modo les corresponde kilómetros más o menos y quieran posesionarse de territorios que no les corresponde.
En ese sentido y ante la preocupación departamental se hace necesaria la intervención de las entidades cívicas, profesionales, empresariales, laborales y el conjunto de la población para exigir al Prefecto la emisión de una disposición que prohíba la circulación de textos con mapas alterados y que paralelamente se conmine al IGM enmendar bajo su absoluta responsabilidad los errores y perjuicios que se ocasionan a Oruro, caso contrario se apliquen sanciones a quienes resultasen culpables de tan grotesca desinformación territorial.

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