miércoles, 13 de mayo de 2009

Empresa hindú debe comenzar sus operaciones en El Mutún

Una vez que el Gobierno nacional oficializó la transferencia de tierras a favor de la empresa india Jindal Steel and Power para explotar el yacimiento de El Mutún no queda otra obligación “de fuerza” que demore más tiempo el inicio de las operaciones para la extracción de hierro en uno de los más importantes proyectos mineros del presente año.
Hay que recordar que la Jindal recibió 5.537 hectáreas de tierras saneadas que obligaron a una compensación de 15 millones de bolivianos que fueron cancelados a los propietarios.

El contrato

Algunas cláusulas del contrato entre la Jindal y el Gobierno a través del Ministerio de Minería señalan por ejemplo que la vigencia del contrato es de 40 años, sin posibilidades de renovación. Se establece que cumplido ese tiempo todo el equipamiento queda para el Estado boliviano. Otro acápite explica que la licitación es sólo para explotación del 50% del yacimiento, obligando además a que el 95% de personal sea boliviano. La inversión comprometida de la Jindal es de 2 mil 100 millones de dólares, estimándose que los ingresos anuales serán de aproximadamente 200 millones de dólares.
Se espera que en el tiempo más breve posible los ejecutivos hindúes hagan conocer al Ministerio su cronograma de trabajo actualizado, toda vez que también se tiene lista la “licencia ambiental de exploración” y sólo falta la de actividad minera, licencia ambiental que garantizará el trabajo en El Mutún en pleno respeto a la Ley del Medio Ambiente.
El Mutún es el yacimiento de hierro y manganeso reconocido como el más importante en la región sudamericana. Se ubica en la provincia Germán Busch a poco más de 30 kilómetros de la ciudad fronteriza con Brasil, Puerto Suárez cuyos habitantes dedicados tradicionalmente a la ganadería y agricultura están ahora esperanzados en que gran parte podrá acceder a un empleo en la actividad minera, sin embargo se confirma la presencia de mucha gente del sector occidental que han migrado a la tierra oriental con la perspectiva de poder trabajar en El Mutún, la diferencia es que “los collas tienen experiencia” en las actividades mineras, aunque deberán enfrentar un cambio de clima y de costumbres propias del oriente.

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