viernes, 6 de febrero de 2009

ENFOQUE MINERO: Empleos en peligro


El sistema productivo minero ha disminuido el ritmo de sus tareas obligado y agobiado por las condiciones económicas que rigen en los mercados externos y que influyen poderosamente en los planes de explotación minera de nuestra región, donde por falta de previsiones oportunas se ha perdido la oportunidad de aprovechar la coyuntura de precios altos para crear una reserva estratégica que sirva para compensar los periodos cíclicos en el vaivén internacional.

Los trabajadores mineros esperan adecuadas políticas mineras que preserven sus fuentes de empleo.El sistema productivo minero ha disminuido el ritmo de sus tareas obligado y agobiado por las condiciones económicas que rigen en los mercados externos y que influyen poderosamente en los planes de explotación minera de nuestra región, donde por falta de previsiones oportunas se ha perdido la oportunidad de aprovechar la coyuntura de precios altos para crear una reserva estratégica que sirva para compensar los periodos cíclicos en el vaivén internacional.

Si bien la minería mediana puede enfrentar por determinado tiempo una crisis de precios, no sucede lo mismo con la minería chica e inclusive la que sostiene el sector cooperativo debido a la falta de recursos financieros que les permitan enfrentar las contingencias emergentes de la presión de grandes compradores que tienen en sus manos el control de la poderosa pizarra de cotizaciones.

Lo que se presentó en el último trimestre del año pasado, propiamente al cierre de la gestión, ha dejado en lamentables condiciones a muchos productores que se han visto obligados al cierre de operaciones, con el consiguiente despido de centenares de trabajadores mineros y el efecto sobre las familias de estos. En muy contados casos todavía se batalla contra la corriente “bajista” de precios y el sostenimiento de operaciones mineras.

El Gobierno ante la debacle de los precios, especialmente en la minería del zinc, ha creado un fondo de apoyo para los trabajadores de ese sector, sin embargo también tendrían derecho a otro fondo de resguardo los mineros que trabajan estaño si los precios del “metal del diablo” bajan algunos puntos más abriéndose una espiral de negativas consecuencias.

Frente a esa situación, que podría darse en nuestro medio, es necesario que ya no se implementen más fondos aislados o sectoriales, sino uno sólo que fuertemente respaldado pueda encarar la recuperación de la minería en su conjunto y no sólo parcialmente.

Está visto que el rubro más importante para la generación de empleos es la minería, por tanto su salvaguarda debería ser prioridad en los planes del gobierno a través de políticas específicas que hagan viable su sostenimiento y su paulatino crecimiento.

Las medidas que puedan instrumentarse deben ser el reflejo fiel de las necesidades del sector minero nacional y no el resultado de experimentos con tinte “social” que no aportarán nada positivo. La minería necesita inversiones millonarias para consolidar su potencialidad como fuerza generadora de divisas para el Erario y para las regiones, seguir demorando su captación es mantener inactiva la mayor potencialidad de la riqueza natural del país.

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